Sebastián Rojas y Rodolfo Torrens acaban de convertirse en los primeros chilenos que hollan la cumbre de la Torre Egger (2.685 m), finiquitando un viejo sueño en uno de los colmillos más exigentes e icónicos de Patagonia.
La montaña, que se alza altiva en el Campo de hielo Patagónico Sur, es considerada una de las más difíciles por las líneas vertiginosas y afiladas que conforman todas sus vertientes, y por su tendencia a arrojar nieve y granito descompuesto a sus pretendientes, sobre todo en el hongo superior. Para hacernos una idea, la ascensión de Rojas y Torrens es tan sólo la octava absoluta a la cumbre.
La cordada comenzaba su andadura el 2 de febrero, culminándose el pasado domingo día 10. La ruta seguida por los chilenos pasó por ascender previamente la Aguja Standhart por su ruta Festerville, para después realizar un rápel hacia las paredes de la Punta Herron, que superaban por la vía Spigolo di Bambi, lanzándose desde ahí a la futurista Espejo del Viento de la Torre Egger. Una hermosísima y severa travesía, donde como siempre el capricho de la meteorología patagónica les puso en jaque en varias ocasiones.
“Después de muchos años soñando con la Torre Egger por fin pudimos lograr su cumbre" expresaba Sebastián Rojas, uno de los montañistas chilenos más destacados, atleta de The North Face, que luce dos ochomiles en su currículum: Annapurna (2017) y Broad Peak (2018).
Esta travesía era un viejo objeto de deseo del alpinismo chileno, ya intentada en un par de ocasiones por Francisco Rojas y Alejandro Mora, a quienes las condiciones de la pared y los desprendimientos les forzaban a una retirada a tiempo en 2015 y 2016.