El pasado 5 de octubre, con el sol marcando las 12:05 sobre el valle del Khumbu, un equipo formado por el norirlandés Noel Hanna y los escaladores locales Naga Dorje, Pemba Tshering y Samden Bhote, alcanzaban por primera vez en la historia la cima del Mount Burke Khang, una montaña que coquetea con los sietemil metros (6.942), y que se alzaba inmaculada bajo las sombras del Everest y el Cho Oyu.
La montaña fue bautizada en honor al jefe de la expedición, el americano Bill Burke, quien en 2014, a la edad de 72 años, se convertía en la persona no asiática de mayor edad en escalar el Everest, cima que ha hollado desde sus vertientes nepalí y tibetana. Como agradecimiento a la contribución de Burke para promover el alpinismo en Nepal, en 2014, el Gobierno local nombraba así este pico que, obviamente, iba a convertirse en objeto de deseo del estadounidense.
Burke había liderado tres expediciones previas a la montaña, en los otoños de 2015 y 2016, y de nuevo en la primavera de 2017, pero la cantidad de nieve caída en esas temporadas y una pésima meteorología frustraba los intentos a esta montaña altamente técnica que ahora por fin ha desvelado su última gran incógnita.