Los hermanos vitorianos regresan exitosos (como siempre) de su expedición al Himalaya inidio, habiéndo abierto tres rutas nuevas, dos de ellas a cimas vírgenes, y siempre escalando en estilo alpino.
Esta expedición internacional auspiciada por la marca estadounidense The North Face, que califican como "sensacional", la llevaron a cabo en una zona poco conocida del Himalaya Indio (Bapsa Valley, Himachal Pradesh), muy cerca de la frontera con Tíbet. “Un lugar precioso, de una cordillera del Himalaya mucho menos transitada, en el que queda muchísima actividad por hacer", comentan los Pou.
Y no ha resultado fácil para ellos, porque además del mal tiempo que presidió la primera parte de la expedición, la rotura del dedo pequeño del pie, que Iker sufrió una semana antes de embarcarse en esta aventura, a priori podía condicionarlo todo. "No quisimos decir nada de mi dedo roto antes de salir. Ya iba muy nervioso a cuenta del accidente, y no quería que los demás condicionasen mi decisión. Tampoco quería que la gente lo viese como una excusa incluso antes de partir. Al final decidí salir y probar suerte, y mirar que bien nos ha ido", cuenta el pequeño de los hermanos.
Bautizaron a la primera de sus rutas como “The Latin Brother" (7c/ / 560 m), y se la dedicaron a su compañero de equipo fallecido la pasada primavera en Canadá, Hansjörg Auer. "Teníamos una relación muy especial con Hans. Habíamos compartido dos de nuestras mejores expediciones con él -Isla Baffin y Siberia- y era un buen amigo. Además tenía que haber venido con nosotros a esta expedición, si no llega a ser por este desgraciado accidente… Lo hemos echado mucho de menos, y hemos querido dedicarle nuestra mejor apertura", relata Eneko. "Si, siempre nos reíamos con Hans, porque para ser austriaco, era muy divertido y extrovertido, y siempre le decíamos que era nuestro hermano latino", explica Iker, mientras los buenos recuerdos se le agolpan en la cabeza.
A través de esa ruta alcanzaron un pico virgen de 4.670 m que han llamado Midi d’ Ossau, en clara referencia a la famosa montaña pirenaica que ha sido una constante a lo largo de su carrera.
La segunda apertura es una arista estética y espectacular que bautizaron como “Miguelink" (6c / 600 m); otra dedicatoria, en este caso, al “padre" del psicobloc, Miquel Riera, fallecido mientras los Pou se encontraban en la India. "Le debemos mucho a Miguel. Se podría decir que el fue el inventor deesta modalidad de escalar en los acantilados. En cierta manera por el llegamos a Mallorca, y teniendo en cuenta que hoy pasamos muchos meses en esta bonita isla del mediterráneo…", expone Iker todavía apenado. "Era un buen amigo: carismático, divertido, apasionado, y muy visionario, en todos los sentidos. Otra pérdida irreparable en un intervalo muy pequeño de tiempo".
Con esta segunda línea alcanzaban la cumbre de una montaña de 4.900 m, ascendida en este caso por segunda vez, tras el primer ascenso que un equipo austriaco había protagonizado apenas diez días antes por la vía normal.
A la tercera ruta la llamaron “Beti Alavés" (6b / 340 m). "Necesitábamos que este último nombre no tuviese que ver con ningún hecho luctuoso, y le pusimos “Siempre Alavés" en honor del equipo de nuestra ciudad. Hacía tiempo que queríamos dedicarle un nombre a nuestro equipo y a su afición". Esta vez vuelvían a ser los primeros en alcanzar la cumbre de esta esbelta aguja de 4.560 m, para la que proponen el nombre de Gorbea, esta vez en alusión a la montaña más grande de la provincia de Álava.
Las tres aperturas se lograron en estilo alpino y non stop: "Habíamos ensayado este estilo en los Alpes, Patagonia y los Andes, pero lo cierto es que nunca en el Himalaya. Y estamos muy satisfechos: ¡Funcionó! Aunque también es verdad que fue extenuante ya que para “Beti Alavés" invertimos 10 h ½ de actividad ininterrumpida, para “Miguelink" fueron 12, y , para “Latin Brother" 14 h…". Tampoco ayudó que las tres vías fueran abiertas en apenas 10 días… "Hemos acabado escuálidos. En la primera parte de la expedición y en la última ha hecho muy mal tiempo, con lo que tuvimos que aprovechar a muerte la semana larga que tuvimos de tregua. Pero recuerdo que en la última físicamente ya no podíamos más… Estábamos destrozados, casi no conseguimos finalizar la vía porque las fuerzas no nos daban…".
Los Pou compartieron esta expedición (aunque en dos grupos separados por motivos logísticos) con el italiano Jacopo Larcher y el belga Siebe Vanhee (con los que ya estuvieron en Siberia en el 2015, donde abrieron 8 rutas nuevas), el estadounidense Matty Hong (un súper especialista en la escalada deportiva), así como con los también italianos Matteo Mocellin y Alex Faedda, haciendo estos últimos las labores de fotografía.