Una ruta que es una joya. Diamond Ridge es como han bautizado a su creación Simon Richardson, alpinista británico, y su compañero alemán Michael Rinn, quienes formaban cordada para establecer un nuevo itinerario en la pared sursuroeste de las Grandes Jorasses entre el 28 y el 30 de julio.
También conocido como Tronchey Wall, esta vertiente es una de las más salvajes y menos exploradas del macizo del Mont Blanc. Fueron necesarios dos vivacs para completar una vía que sigue una línea obvia de 1.200 metros hasta la cumbre de las Grandes Jorasses, y que llevaba palpitando en la mente de algunos de los mejores escaladores del mundo desde hace más de una década.
La vía comienza a partir de los 2.600 metros y se estira hasta los 3.800, hasta la base de la Second Tronchey Tower, desde donde se prosigue por los últimos 400 metros de la arista, culminando en los 4.208 metros que coronan la montaña. Esta es la cuarta ascensión conocida por esta codiciada pared. “La roca es un granito excepcional, sólido, con muchas presas naturales evidentes”. Simon reconoce que aunque es técnicamente modesta, la ruta es consistente en términos alpinos. “Lo más remarcable es que ha sido un proyecto muy perseguido y en comparación con otras rutas en el Tronchey Wall es relativamente segura”.