Carlos Soria y su equipo, Sito Carcavilla y Luis Miguel López, recibieron ayer en la sede de Correos, patrocinador principal de la expedición, un caluroso recibimientodespués de casi dos meses en el Himalaya intentando alcanzar la cumbre del Dhaulagiri (8.167 m), uno de los ochomiles que le faltan al alpinista abulense por completar su reto de ser el deportista de más edad en ascender las catorce montañas más altas de la Tierra. A pesar de que finalmente tuvieron que abandonar cuando estaban a poco más de 300 metros del objetivo, el equipo liderado por Carlos Soria ha vuelto a ser un ejemplo de superación y sensatez en la montaña. Correos y Caser Seguros, empresa colaboradora del reto, han organizado un acto de bienvenida y agradecimiento al equipo por el extraordinario esfuerzo realizado. “Nos sentimos muy orgullosos de haberos acompañado en este desafío. Habéis sido una inspiración por vuestro valor y perseverancia. Y también por el criterio y experiencia que habéis demostrado al evaluar los riesgos y tomar la decisión de regresar a pocos metros de la meta. Sabemos que no ha sido fácil pero la auténtica cumbre se toca al regresar a casa sanos y salvos”, destacó el presidente de Correos, Javier Cuesta Nuin.
Y es que no ha sido fácil esta expedición para el equipo de Carlos. “Ya antes de salir esta expedición ha sido un poco complicada: conseguimos el apoyo de Correos y Caser Seguros 15 días antes de partir, también tuve una lesión antes de viajar, problemas con una muela y luego en el campo base sufrí esa diarrea que me dejó estaba espachurrado. Tomaba solo arroz durante muchos días, y no os quiero contar lo que es tener diarrea a sietemil metros en una tienda de campaña, es bastante complicado…”. Bromeaba Carlos con esa afección estomacal que le impidió estar en las mejores condiciones para acometer el último ataque a cumbre. “Pero mi maldita diarrea nos ayudó bastante, porque si hubiéramos seguido hacia la cumbre hubiéramos tenido muchos problemas”. Carlos se refería a los alpinistas que tuvieron que ser rescatados de la cima con congelaciones, edemas…El campo base del Dhaulagiri estaba inexplicablemente masificado este mes, sobre todo por dos expediciones indias de militares, pero que como aclaró Carlos: “serán buenos militares, pero no buenos alpinistas, y eso puede poner en peligro tu integridad y la de los rescatadores”.Él sigue fiel a sus principios de ascender a las cumbres con cabeza y sin asumir riesgos innecesarios: “no hay que poner en peligro ni a tu equipo ni a lo sherpas que vienen con nosotros. Me siento orgulloso de esta expedición, de las decisiones que hemos tomado, de la ayuda que hemos prestado a otros alpinistas… Hemos tenido un comportamiento intachable, los sherpas nos quieren muchísimo, porque allí hay gente muy egoísta que trata a los sherpas como siervos…”. Si de algo está orgulloso Carlos es de cómo ha trabajado su reducida expedición en esta ocasión: “éramos pocos y hemos tenido que multiplicar los trabajos, y hemos sido una referencia en el campo base, nuestras tiendas era la oficina y centro de visita de todas las expediciones que estaban allí: todo el mundo venía a consultarnos a nosotros la información meteorológica, técnica…
También le preguntamos a Carlos dado que ha vivido la evolución del alpinismo, su opinión acerca de la tendencia actual en el alpinismo de acometer ascensiones “veloces”, con equipo ligero y de una tirada, y en concreto por la última actividad de Kilian Jornet. “Es increíble lo que está haciendo, me parece que verdaderamente hay poca gente así. Hay gente que dice que su actividad perjudica a la montaña, que puede llamar la atención a mucha gente que no esté preparada para intentar hacer lo mismo, y pueden tener algo de razón, porque hay gente que está un poco “pa’llá” y ya sabes cómo funciona esto, es una pena… Yo muchas veces en los rescates digo: “ya van a cazar canutos por ahí”, porque con esto del teléfono uno puede hacer las tonterías que quiera y llamar por teléfono para que les saquen de ahí arriba… Pero lo de Kilian Jornet es verdaderamente algo increíble. Y eso que esto que ha hecho en el Everest para mí no ha sido lo mejor que ha hecho en absoluto, a mí me llamó mucho más la atención su travesía de subir al Mont Blanc por la “Innominata” desde la iglesia de Cormayeur a la de Chamonix en 6 horas y pico. En el caso del Everest, él había dicho muchas veces que iba a subir por el corredor Hornbein, y al final ha subido por la vía normal de la cara norte. Luego los medios de comunicación tenéis que tener un poco de cuidado porque enseguida salen las cosas un poco disparadas: “lo ha hecho sin cuerdas”… No iba sin cuerda, había cuerda puesta y no se agarraba a ella. Una cosa es eso, y otra subir por sitios en los que no haya ninguna cuerda, hay mucha diferencia… Pero Kilian el verdadero reto, enorme, que ha hecho ha sido subir dos veces en seis días al Everest. Uno detrás de otro, con seis días de diferencia, eso es una barbaridad. Algún sherpa ha hecho alguna cosa parecida, pero un sherpa más despacito, no a esa velocidad de él, otra persona no lo puede hacer yo creo… Kilian es una persona fuera de serie…
Y respecto a que el equipo sea cada vez más ligero… Todo es más ligero; yo las primeras botas que llevaba al Himalaya en el 73 pesaban un kilo más que las que llevo ahora. Todo es más ligero y más rápido, es lógico, antes pues para ir a Gredos necesitabas varios días, y ahora en un día o fin de semana subes rápido, hay mucha información… Es lógico lo que está pasando. Hay cosas que se salen de lo corriente, como es el caso de Kilian, pero hay muchos escaladores vascos tradicionales, como la cordada de Iñurrategui, que está haciendo cosas de un valor alpinístico buenísimo, y como ellos hay mucha gente que escala en ese plan, esto no está sólo en los ochomiles. En los ochomiles hay mucho despistado y mucho loco, lo hemos visto en esta expedición al Dhaulagiri, y eso no es bueno. Verdaderamente eso es peor que el ejemplo que algunos dicen que da Kilian: el que cualquiera vaya y se crea que está en condiciones de afrontar una cosa tan complicada como es subir a una montaña de ochomil metros y bajar entero… pues no es fácil, y eso sí se está disparando un poco, hay mucha gente que va a ochomiles sin una preparación adecuada y eso es peor.
Carlos Soria, de 78 años, mantiene el reto de ser el deportista de más edad que logre escalar las catorce montañas más altas de la Tierra. En los primeros días de septiembre el equipo intentará ascender al Shisha Pangma, el único ochomil enclavado en territorio tibetano. “Volveremos a ir de expedición con Correos, con Caser ¡y con médico!”, bromeaba Carlos. “No va a ser fácil, empezando porque el campo base está situado a 5.700 metros y ahí pues se vive mal, se recupera mal de los esfuerzos… No hay helicópteros, y a partir del Campo 3 la cumbre es bastante complicada, hay varias rutas, una la que llaman ahora la vía de Iñaqui, otra que es la central y que es una travesía un poco peligrosa… Tomaremos la decisión cuando estemos allí…
Podéis seguir los pasos de Carlos Soria descargando la App Carlos Soria ExpediciónCorreos, información del día a día del equipo, fotos y vídeos de las expediciones, la información meteorológica de Katmandú, y en la que Oxígeno ha colaborado aportando consejos sobre alpinismo y trekkings de altura.