Cinco rangers y su conductor fueron asesinados tras una emboscada en el Paque Nacional de Virunga, en el Congo, este lunes. Es la mayor perdida de vidas en la historia de un parque que ya acumula 170 rangers fallecidos mientras protegían la vida salvaje en los últimos 20 años.
Un sexto ranger ha sido herido de gravedad en el ataque, que tuvo lugar en el área central de esta vastísima reserva, conocida mundialmente por su amenazada población de gorilas de montaña.
Una guerra sin fin entre los protectores de la naturaleza y los cazadores furtivos, guerrilleros e interesados varios en explotar este edén de selva y niebla.
Una guerra interminable
Este último ataque confirma la reputación del Paque como uno de los proyectos de conservación más peligrosos del planeta. El pasado agosto, otros cinco rangers eran asesinados por la milicia local en su puesto de vigilancia a orillas del lago Edward. Estos rangers son reclutados entre la población local, muchos casados y con familias numerosas.
La principal impulsora de estas labores de protección y estudio de los gorilas y su entorno en Virunga, Diane Fossey, autora de “Gorilas en la Niebla”, aparecía asesinada a machetazos en su cabaña de las montañas de Virunga en 1985, tras 22 temporadas de estudio sobre el terreno. La última entrada en su diario oraba: “Cuando te das cuenta del valor de la vida, uno se preocupa menos por discutir sobre el pasado, y se concentra más en la conservación para el futuro”.
Son multiples las amenzas para Virunga, uno de los grandes hogares mundiales del gorila de montaña y de otro centenar de especies raras. Grupos armados rebeldes, bandidos y cazadores furtivos, la milicia local… y una lucrativa industria de carbón para la que los árboles de la reserva son su principal recurso.
La Guerra Civil vivida en el Congo entre 1997 y 2003 acababa con más de 5 millones de animales en el Parque Nacional, el más antiguo de África. Los observadores internacionales mantienen la esperanza de que el área no regrese a la catástrofe, pero advierten que la zona vive en el filo del precipicio.
Un rayo de luz
Virunga fue creado en 1925 por las autoridades coloniales belgas y floreció durante el mandato del Presidente Mobutu Sese Seko, un gobernante autoritario y extravagante, cuya caída en 1997 provocaba la guerra civil, tras 31 años de mandato. Sólo unos 300 gorilas quedaron vivos en sus montañas.
En 2007, un grupo formado por entidades de caridad, donantes privados, la Union Europea y el Wildlife Service del Congo ponían al aristócrata belga Emmanuel de Merode al cargo del Parque, implementando numerosas reformas para su protección y para el desarrollo de las comunidades locales, a través de micro créditos y proyectos de energía hidroeléctrica. Hoy, la población de gorilas ha ascendido hasta los 1.000 ejemplares. Otras especies, como los elefantes, también están viendo sus números al alza, y el turismo ha regresado a la región.