Test: Helly Hansen Vanir Icefall

Una brillante muestra del conocimiento de la marca noruega sobre condiciones extremas

Jorge Jiménez Ríos

Test: Helly Hansen Vanir Icefall
Test: Helly Hansen Vanir Icefall

¿Existe el amor a primera vista? O, como en este caso, ¿a primera puesta? Pues parece que sí. Lo cierto es que cuando planeamos un viaje como el que llevamos a cabo este febrero en Noruega, existen varios factores determinantes que hacen de nuestro trabajo un sueño o todo un desastre. El material, por supuesto, es fundamental cuando debes enfrentarte a muchas horas de actividad, con temperaturas que descienden hasta los 20 grados bajo cero. No sólo necesitas asegurar tu protección, también tu confort si vas a pasarte trabajando, de aquí y allá con las cámaras y las raquetas de nieve, desde antes del amanecer hasta que concluye el majestuoso espectáculo de las auroras boreales; lo que suele alargarse buena parte de la noche.

Cuando recibimos esta Vanir Icefall de Helly Hansen quedamos inmediatamente sorprendidos por su ligereza, la suavidad de su tejido y su capacidad de compresión (entrando perfectamente en bolsa tamaño bolsillo que incorpora). Pero, ¿qué íbamos a perder a cambio de esas tres excelentes ventajas?¿Sería suficiente para afrontar muchas jornadas en el invierno de la isla de Senja? Confesaré que me llevé una parka por si las moscas. Teníamos ciertas dudas que se disiparon muy pronto.

Test: Helly Hansen Vanir Icefall

El fotógrafo de Oxígeno, Mikael Helsing, fotografiando renos en Tromso (Noruega). Foto: Jorge Jiménez Ríos

Vamos con sus bondades, que son muchas. Además de que cabe en casi cualquier compartimento de la mochila, la chaqueta combina el aislamiento impermeable Primaloft Silver con plumón de ganso europeo, ofreciendo una protección contra el frio sorprendente para tratarse de una prenda tan liviana. No sólo estuvimos totalmente cómodos cuando pasamos la barrera de los 10º bajo cero, es que ofrece un excelente control de la temperatura en situaciones activas, por lo que puede usarse tanto de tercera capa como de midlayer. Un puntazo. Corriendo por la nieve tras el trineo de perros o en estado semi-vegetativo mientras haces un timelapse de noche, la Vanir responde perfectamente a las necesidades de transpiración.

Aunque no hemos podido probar su resitencia a la lluvia, si hemos pasado nuestras buenas horas bajo la nevada y no hemos sentido ningún tipo de filtración, secándose además muy rápido en cuanto aparecen los primeros rayos del sol. Su tratamiento perlante, al menos ante la nieve, se mostró muy eficaz. Por cierto, ese revestimiento se ha producido sin usar los nocivos PFCs, un buen guiño al planeta.

Test: Helly Hansen Vanir Icefall

Una tímida aurora boreal sobre los abruptos perfiles de Senjahopen, isla de Senja (Noruega). / Foto: Jorge Jiménez Ríos

Todo esto se incluye en un diseño limpio, con el que han querido hacer primar la durabilidad del modelo. Tocar su tejido es un gustazo, y junto a sus principales características tecnológicas, y a pesar de su minimalismo, incluye un buen puñado de detalles que agradeces aunque no lo sepas. La capucha por ejemplo, algo en lo que fallan muchos modelos por su tendencia a colocarse como le da la real gana, tiene un ajuste idóneo, nunca molesta a pesar de nuestros movimientos y es realmente cálida. El viento tampoco ha supuesto un problema, pero para condiciones más exigentes también tiene defensas, como la solapa interior tras la cremallera que impide el paso, y un mecanismo reversible en la parte superior del torso para protegerse la cara. Cuenta con dos amplios bolsillos en la parte exterior y otro en el interior, a la altura del pecho, que es sorprendentemente generoso. El resto, los clásicos de su categoria: puños ajustables, sistemas YKK en las cremalleras, logotipos reflectantes...

En conjunto, estamos ante un modelo que no fallará a nadie. Sus buenísimas críticas en los comentarios de sus usarios en Internet quizá terminen de convenceros. Puede que penséis que pocas veces hablamos mal de los productos que probamos, pero es que generalmente su calidad supera las expectativas. Para ponerle una pega, algo que si notamos es que su tejido es tan suave que las cinchas de la mochila, en ocasiones, tienden a no encontrar una estabilidad en los hombros, haciendo necesario abrocharse el clip del pecho para mantener la carga fija. En realidad, algo bastante nimio en comparación con sus altos estándares.

Test: Helly Hansen Vanir Icefall

Mikael Helsing fotografiando la tormenta en Ersfjord, isla de Senja (Noruega).

Durante nuestra estancia este febrero en Noruega, tuvimos ocasion de probar más modelos de Helly Hansen de los que pronto iremos hablando. Podemos adelantaros que gracias a algunos de sus nuevos textiles vivimos unas jornadas invernales bastante amables. Publicaremos un reportaje sobre nuestras correrías en Oxígeno, así como un pequeño documental que narra las motivaciones del fotógrafo de naturaleza Mikael Helsing. Para ir abriendo boca os dejo este "making of" (guiño, guiño).

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