Cuando un producto nos decepciona

¿De qué nos quejamos más a menudo y qué productos nos decepcionan más?

Cuando un producto nos decepciona. Foto: Scott
Cuando un producto nos decepciona. Foto: Scott

Los consumidores de productos de montaña a veces nos sentimos defraudados por la confianza depositada en una compra y su posterior mal resultado. La revolución en el material de montaña y el incremento mexponencial de marcas y productos se produjo en España hace ya tres décadas. Sin embargo parece que la sobre información y la profesionalización del sector no nos ha conducido a mejores resultados con nuestro equipo. ¿Qué está fallando?

LOS MÁS RECLAMADOS

Como consumidores podríamos creer que los artículos con más nreclamaciones son los de baja calidad, pero no es del todo cierto ¡se producen mayor número de quejas con los más vendidos, independientemente de su calidad o ausencia de defectos! Si bien es cierto que el actual mercado de productos de montaña de muy bajo coste incrementa el número total de reclamaciones, también nuestro nivel de exigencia y conocimientos como consumidores ha aumentado ¡y por lo tanto nuestra capacidad de comunicar la disconformidad ante una compra! Básicamente los productos vinculados a mayor número de reclamaciones mson los más utilizados a nivel general por los aficionados a la montaña: mvestimenta y calzado.

PRINCIPALES QUEJAS

1) Longevidad limitada: un producto que no dura más de 2 temporadas decepciona siempre. Es un caso habitual del calzado ultraligero, especialmente si es de bajo coste o incluso en algunos casos de precio elevado. A nadie le gusta ver que el corte o parte superior de su zapatilla se perfora o desgarra de forma preocupante tras poco más de 1 o 2 años.

2) Baja impermeabilidad. Un caballo de batalla difícil de domar, porque la percepción de que un producto ha calado bajo la lluvia demasiado pronto no es fácil de demostrar ante el vendedor. Afecta sobre todo a las tiendas de campaña económicas, a las chaquetas con inducciones de baja calidad en poliuretano (incluso a prendas que simplemente son repelentes al agua pero vendidas como impermeables) y al calzado sin membrana o con membrana económica en poliuretano. Se acostumbra a confundir, tanto por parte del cliente como del vendedor, impermeable (resistente a la penetración del agua hasta cierto límite) con estanco (que nunca cala), pero sin embargo que esos productos estén vinculados a un valor concreto denominado columna de agua o prueba de laboratorio ya indica que su impermeabilidad no resulta ilimitada.

3) Aislamiento térmico inferior al declarado o esperado. Aunque existen diferentes formas de medir la capacidad aislante de una prenda o de un saco de dormir (por ejemplo en unidades CLO o en resistencia térmica), ninguna norma europea es obligatoria en este momento y podemos pasar más frío del esperado. Ninguna chaqueta o saco de dormir finos te protegerá lo suficiente bajo cero y a menudo el resultado viene condicionado más por el espesor y gramaje suficientes que por la calidad del tejido o relleno aislante.

4) Rotura prematura de tejidos y costuras, ya sea por contacto con superficies muy abrasivas (rocas puntiagudas) u objetos punzantes (ramas), sobre esfuerzos (ropa demasiado ajustada o mochila sobre cargada) o costuras sin reforzar (por ejemplo en pantalones). En este caso particular sí va asociada una confección económica externalizada a países con mano deobra barata a una vida útil de las costuras bastante baja.

5) Más pesado de lo declarado. En muchos comercios on line no se especifica claramente el peso del producto o si corresponde al pa completo; botas y bastones están entre los artículos en los que demasiado a menudo se indica el peso sin aclarar que corresponde a una sola unidad. También es común indicar el peso básico de una tienda de campaña –sin piquetas ni varillas- como peso total, por lo que las diferencias reales pueden incrementarse entre 0,5 y 1 kg.

6) Rendimiento técnico inferior al esperado. Entre las mayores decepciones se esconden incomodidad durante el uso del artículo (por ejemplo una mochila técnica pero insuficientemente acolchada), limitadaadherencia de las suelas del calzado de montaña o escalada, alcance pobre del haz de luz en el caso de las linternas frontales o aislamiento insuficiente respecto al suelo de las colchonetas para dormir.

CÓMO EVITAR DECEPCIONES

Tener claro que no existen productos milagrosos, que debemos asesorarnos suficientemente con alguien experimentado antes de la compra y que expectativas demasiado altas en un producto económico suelen terminar en decepción, son recetas sencillas para ahorrar disgustos. Informarse sólo a través de Internet, comentarios en redes sociales o por consejos de amigos/as poco experimentados suele dar peores resultados que preguntar a personas específicamente formadas, como puedan ser un guía de montaña titulado o un vendedor de un establecimiento con buena reputación comercial. Tampoco está de más recordar que el material no es eterno y que por ejemplo una tienda de campaña o unas botas utilizadas mdurante diez años seguidos probablemente han sido más que amortizadas…