Todos somos consumidores, pero no siempre tenemos la experiencia necesaria para sobrevivir con éxito a la compra del material de montaña. ¡Apúntate estos 6 sencillos consejos y… verás que realmente funcionan!
Si estás empezando…
Necesitas economizar, para por la misma cantidad de dinero (pongamos 150 euros) poder comprar más productos básicos. Por orden de importancia debes adquirir: unas buenas botas o zapatillas de trekking, con suela de caucho en vez de poliuretano, una chaqueta impermeable, transpirable que no pese más de 500 gramos (y con impermeabilidad mínima de 10.000 milímetros), una mochila de 30 litros que no exceda el kilogramo de peso en vacío, un pantalón bielástico de grosor intermedio y un forro polar sin membrana, también de espesor intermedio. Los bastones no son imprescindibles en tus inicios.
Para ir más ligero
Llevar un equipo más liviano te permite llegar más lejos, menos cansado o que se seque antes cuando se moja, pero ten claro que su duración es inferior, a menudo la longevidad desciende entre un 30 y un 50%. Los dos errores más comunes son cargar con mochilas que se acercan a los 2 kilogramos de peso en vacío y llevar por sistema un forro cortaviento cercano a los 1.000 gramos, pero el más grave consiste en caminar con calzado pesado. Trescientos o cuatrocientos gramos adicionales por par equivale a una sensación de fatiga similar a recorrer hasta un 20% más de distancia
Renovar lo viejo
Una chaqueta o una zapatilla con más de 5 años de uso continuado difícilmente te proporcionarán la protección que necesitas, igual que le sucederá a un saco de fibra que haya perdido cuerpo. Sin necesidad de entrar en el terrible ciclo comprar-usar-tirar, puedes valorar qué productos te han causado problemas en tus últimas salidas por su excesivo desgaste o deterioro ¡incluidos unos bastones que tengas algo doblados o cuyos tramos ya no se bloquean bien!
¿Qué no has solucionado aún?
Imaginemos que compraste unas gafas de montaña con lentes de clase 4, excelentes para uso en nieve, pero demasiado oscuras para utilizar en un bosque otoñal o en un día con nubes y claros. Unas gafas con protección de clase 3, un sombrero que proteja del sol intenso tu cara o unas pastillas potabilizadoras para poder beber tranquilo de esa fuente cercana a un prado con ganado, muy bien pueden constituir tu próxima adquisición sin un gasto excesivo.
Vigila tu seguridad
Aunque la seguridad en la naturaleza depende sobre todo de nuestra experiencia y de la formación que tengamos, mostrarse cuidadoso en la elección del material puede ahorrarnos sustos. Una buena linterna frontal de 200 o más lúmenes y de una marca reconocida costará el doble que una de primer precio, pero no nos dejará tirados cuando nos extraviemos de noche o haya que alumbrar un objeto lejano (el cartel de un camino o nuestra tienda de campaña). Comprar sólo calzado con una suela que agarre bien sobre terreno mojado debería constituir una prioridad máxima para cualquiera que transite por la montaña, pero prácticamente nadie pregunta por tan importante aspecto en el momento de la compra… ¡Pon tu cabeza a trabajar!
Localiza un punto de venta fiable
Que te aconsejen bien y que te cuenten toda la verdad sobre el producto que en principio habías decidido adquirir resulta aún más importante que su envío rápido, que esté a un precio bajo o que atiendan posteriormente tus reclamaciones. Cuando encuentres una tienda, ya sea física u on line, en la que sepan de verdad lo que venden y que escuchen con interés tus necesidades, fideliza tus compras en ella. Con dos puntos de venta que cumplan estos requisitos posiblemente podrás hacer tranquilamente la mayoría de tus compras y ahorrar a medio plazo más de lo que imaginas...