Luis Alberto Hernando (Burgos, 1977) se ha convertido en uno de los corredores de montaña más carismáticos del mundo. Es un tipo extrovertido, cercano y con gran sentido del humor como demuestra asiduamente en sus redes sociales. Además, corre mucho y bien. Este año se ha proclamado doble campeón del mundo en la Buff Epic Trail (Mundial de la ISF) y en la Trans Peneda-Geres (Mundial de la IAU). También sumó su tercera Transvulcania en La Palma. Genio y figura.
¿Cómo y dónde fue tu primer contacto con la montaña?
Desde pequeño había coqueteado con la montaña. Con 14 o 15 años, con amigos, ya iba a escalar, pero de forma muy esporádica. Fue a raíz de entrar al equipo de esquí de fondo y biathlon de la Guardia Civil, en 2002, cuando me mude a Jaca. Me vine al Pirineo y empecé de golpe a entrenar todos los días en la montaña; en invierno esquiando y en verano corriendo por los senderos. Hasta entonces solo hacia pista y asfalto.
¿Cuáles eran tus asignaturas favorita y más odiada en el colegio?
Creo que sólo me gustaba educación física (bueno, no lo creo: estoy seguro).
Si te mandarán a una isla desierta, ¿qué meterías en tu mochila?
El móvil para negociar un viaje de regreso lo antes posible, no me gusta estar solo.
Un miedo superado...
Tengo medio superado el miedo a la oscuridad, hasta que empecé a entrenar por la noche lo tenía. Hace unos años me daba miedo incluso conducir por una carretera secundaria por la noche. Por otra parte, cada vez tengo más miedo a tener problemas en la montaña, hacerme daño y que la cosa se complique como siempre pasa.
¿Tienes alguna manía o superstición antes de una carrera?
Creo que no, intento cambiar lo menos posible las rutinas cotidianas.
¿En qué se parecen la vida y un ultra?
Habría que pensarlo, quizá en que la vida y las ultras me gustan... Pero en cualquier caso no me gustan las filosofadas.
La fama deportiva, ¿te está sentando bien?
(Se ríe) Tampoco lo sé, habría que preguntar a alguien que me conociera antes. Yo intento que no me afecte ni para bien ni para mal ya que es muy temporal.
Un sueño por cumplir...
Tener una casa bonita con jardín y que el coche se me quede sin batería por no usarlo.
¿Cómo te “oxigenas” cuando no estás en la montaña?
Me vine a vivir a la montaña y no paso muchos días sin salir al monte, y de momento cuando no puedo salir no la echo mucho de menos. Me encanta y disfruto muchísimo pero creo que puedo vivir sin ella.
¿Es la montaña una buena escuela?
Creo que a la montaña hay que salir estando un poco enseñados y educados, seguro que se va cogiendo experiencia sobre la marcha, pero es mejor informarse, salir con gente que nos pueda aconsejar y que nos ayude a evitar errores que pueden salir muy caros. Es una buena escuela pero si vamos sin saber nada de ella quizá nos enseñe los dientes.