"Preocupante". Así es como ha definido Ecologistas en Acción la situación en la que se encuentran el oso pardo, el lince ibérico, el lobo y el gato montés, todos ellos en peligro de extinción a pesar de los programas de conservación. La organización recuerda que el lince ibérico y el oso pardo “reciben mucha atención por parte de las administraciones competentes, incluso una estimable financiación, pero su conservación continúa sin estar garantizada”, porque “no se está priorizando la conservación de su hábitat”. Ecologistas en Acción ha emitido un informe en el que analiza la situación de estas especies y reclama la puesta en marcha de medidas urgentes para combatir la fragmentación y pérdida de su hábitat, la actividad cinegética legal e ilegal y los atropellos de fauna en las carreteras.
También han calificado de “artificioso” el incremento de la población de lince ibérico cuyo programa de “sueltas constantes crea una falsa imagen sobre su verdadera situación”, ya que “se enfrenta a una sangría de bajas por atropellos y disparos y su hábitat está amenazado por el incremento de barreras que lo fragmentan, como los proyectos de urbanización”.
Sobre el oso pardo, aunque se han logrado notables avances con las poblaciones de la Cordillera Cantábrica, la asociación recueda que sigue muy amenazado en el resto de zonas, particularmente en el Pirineo, donde está abocado a la extinción en Navarra y Huesca.
En cuanto al lobo ibérico y al gato montés, “la situación es más precaria”, ya que no gozan de la atención que reciben otros depredadores por parte de las administraciones y son perseguidos por ganaderos y cazadores. El lobo ibérico es, explica Ecologistas, “la especie más emblemática y que mayor interés despierta en gran parte de la población, pero también la que más ejemplares pierde cada año”, pese a estar demostrado que “los ataques al ganado tienen solución mediante cambios en el manejo de la ganadería y medidas preventivas”.
Ecologistas En Acción recuerda que los grandes depredadores son indispensables para el mantenimiento de los ecosistemas y que su desaparición puede causar importantes cambios en el paisaje, la vegetación, la presencia de nutrientes y la proliferación de especies invasoras, incendios forestales o enfermedades infecciosas.
El lobo vuelve a Aragón
No todo son malas noticias. La presencia de dos ejemplares de lobo de origen italiano en las comarcas de Monegros y Ribagorza es ya una realidad confirmada en Aragón, medio siglo después de que este animal fuera perseguido hasta su desaparición en la Comunidad.
Cincuenta años después de ser cazado en Albarracín el último ejemplar de lobo del que las crónicas dan noticia, la presencia de dos ejemplares en tierras aragonesas es una realidad que los estudios genéticos y las imágenes captadas con cámaras provistas de sensores confirman de forma incontestable.
El lobo, advierte el jefe de Biodiversidad del Gobierno aragonés, es una especie “estrictamente protegida” en Europa que obligará a los ganaderos de la Comunidad a “cambiar el chip” en cuanto a la protección de sus rebaños.