El ABC del trekking

Andar Bastones Compañeros

Tino Nuñez

El ABC del trekking
El ABC del trekking

Con sólo tres letras, que inician tres palabras o conceptos básicos en el senderismo, podemos resumir qué conlleva caminar por la naturaleza. Ese ABC básico pero no siempre analizado de una forma directa, valiente o práctica, es el objetivo de este artículo.

- Por Tino Nuñez -
Fotos: Mikael Helsing

Comencé a caminar por la naturaleza con una mochila a cuestas hace 42 años y tengo que reconocer que en todo este tiempo la sensación gratificante de hacerlo no ha cambiado en el colectivo senderista o excursionista. Sin embargo, siempre se echa de menos que en medio del bombardeo, sobre información o infotoxicación que sufrimos, últimamente todo el mundo sabe o quiere enseñar, se aborden cuestiones en teoría muy básicas pero a menudo poco asumidas. Y de esto va el siguiente ABC del senderismo.

ANDAR

Caminar por senderos cómodos y bien señalizados, ya sea con cartelería local o pintados con las señales rojas y blancas (GR o Gran Recorrido con más de 50 kilómetros) o amarillas y blancas (PR o Pequeño Recorrido casi siempre entre los 10 y los 45 kilómetros), es una forma agradable de disfrutar de la montaña sin complicarnos excesivamente. Dependiendo de nuestro estado físico, motivación,  ambición deportiva y por supuesto experiencia, podremos realizar las siguientes actividades:

1) Para principiantes: recorridos de ida y vuelta por el mismo sendero, con buen tiempo, que no excedan en total las 3-4 horas de marcha, en terreno sencillo y con desniveles no superiores a los 300 metros. Salidas de medio día-jornada corta y con gran descanso para la comida. Ritmo suave de caminar (3 km/hora en los tramos semi horizontales y 2 km/hora en subidas), cargados con mochilas ligeras que no superen los 4-5 kilogramos.

2) Para senderistas de nivel intermedio (con experiencia de 3 a 5 años): recorridos circulares, caminando de 5 a 7 horas, por terrenos sencillos/medios que incluyan algún corto tramos rocoso/llambria/resalte sin peligro. Unir varios refugios de alta montaña en verano que tengan un acceso evidente y bien señalizado puede resultar muy gratificante. Ritmo de marcha: 4 km/h en llaneo y 3 km/h en ascenso, con mochilas inferiores a los 8 kg y actividades de 1 a 3 días de duración con pernocta en refugios guardados. Desniveles de hasta 800 metros.

3) Para senderistas experimentados (con 10 o más años de práctica continuada): recorridos de 2 a 7 días, alternando pernoctas en refugio con vivacs sin tienda o acampada nocturna. Salidas durante todo el año, caminando hasta 8 horas al día, con posibilidad de desniveles que alcancen o superen los 1.000 metros en un día. Ritmo de progresión: 4,5-5 kilómetros por hora en llaneo, 3,5-4  en ascenso y 5,5 en descenso. Es habitual cargar con saco de dormir, mochilas de hasta 12 kilogramos si se sale en autonomía varios días y con tienda de campaña.

Pertenezcas al grupo que pertenezcas, descansa regularmente, de media al menos 10 minutos cada hora de marcha, no demores cubrirte con una chaqueta o chubasquero cuando llueve y si tienes auténtico frío, pese a haberte abrigado con todo lo posible, no dejes de caminar. Evita también ascender por senderos empinados cuando la temperatura se acerque o supere los 30 grados, algo posible en verano incluso a más de 2.000 metros de altitud.

Es tentador dejarse seducir por el número de kilómetros que haremos e intentar presumir en las redes sociales de la gran longitud que proponemos recorrer, pero resulta más realista hablar de horas efectivas de marcha, descontando paradas. El senderismo, que en realidad es una disciplina del montañismo o excursionismo fácil por senderos muy marcados, posee unos grandes valores adicionales a la práctica deportiva, horarios, kilometraje, desniveles. La contemplación de los valores paisajísticos, la inquietud cultural por conocer el medio natural por el que caminamos y la desconexión mental de la acelerada o artificial vida urbana debieran primar sobre números, marcas y listados de objetivos.

BASTONES

Recuerdo una vez un sorprendente comentario al cruzarnos con un desconocido “Vaya, vosotros debéis de ser de la federación porque lleváis bastones”. Y no, simplemente somos gente que quiere cuidar nuestras rodillas para que estén en buenas condiciones el mayor número de años posibles. Todavía hay gente que ridiculiza el uso del bastón, sólo lo emplea en la bajada o piensa que es poco más que un producto comercial promovido por puro interés comercial. En Oxígeno, tanto en la revista como en la web, siempre hemos apoyado el empleo de bastones para caminar por sus indudables ventajas, pero no está de más recordar que:

-  Cuanto más ligero es una pareja de bastones más te animas a usarlos a todas horas. Los plegables en Z de fibra de carbono de alta calidad –tendrá que pagar 100 euros la pareja- o de aluminio zinc 7075 T6 que cuestan la mitad, son la solución definitiva para todos aquellos que piensan que con un solo bastón convencional les basta. Ocupan tan poco hasta en la mochila más pequeña que siempre estarán contigo.

- Caminar con bastones requiere varios meses progresivos de práctica para acostumbrarse técnica y muscularmente. Al principio evita caminos empinados o recorridos fatigosos porque te será fácil tropezarte con ellos y acabar de bruces en el suelo

- Utilizar siempre la dragonera o correa del bastón enhebrada a la muñeca puede hacer que nos hagamos más daño en una caída pues no tendremos las manos libres para amortiguar el golpe.

COMPAÑEROS

La elección del compañero o compañeros es uno de los aspectos menos valorados en la seguridad en la montaña. Y sin embargo según con quién vayamos, la experiencia del senderismo puede resultar gratificante y memorable o insufrible y hasta peligrosa. Ahora resulta mucho más fácil encontrar compañeros que hace pocos años gracias a las redes sociales ¡y a los psicólogos! que suelen aconsejar a no pocos pacientes que mejoren su calidad de vida ¡uniéndose a un grupo de senderistas! A mayor número de practicantes, mayores posibilidades de encontrar compañeros agradables y razonables… o gente desequilibrada y muy nerviosa capaz de amargarte la vida en el paisaje más hermoso.

Dicho de una manera llana: ninguno somos perfectos y todos tenemos nuestra “pedrada” particular, pero sentirse a gusto debiera ser nuestro principal objetivo. Huye de gente presuntuosa, que le guste ridiculizar a los demás, obsesivos o con poca empatía. Los impacientes, malhumorados perpetuos, amargados, “tiquis-miquis” están al acecho, dispuesto a colarse en cualquier grupo tranquilo de amigos. Tampoco te irá bien con los competitivos, los del “porque yo, porque yo…”, cabezotas o que se niegan a cambiar el recorrido cuando el tiempo es muy malo. Hay clubs con socios maravillosos y gestionados admirablemente, pero en otros parece que estás ante un colectivo de excursionistas nerviosos, capitaneados por un líder mediocre.

Sal a practicar el senderismo sólo con compañeros/as que te aprecien, que pidan tu opinión en los momentos importantes, con los que puedas decidir en común cuándo seguir o darse la vuelta, que no sean unos jetas que van casi siempre sin comida o sin agua, y con los que la amistad brille naturalmente, sin broncas absurdas ni exigencias o imposiciones unidireccionales. A fin de cuentas, básicamente caminamos por los senderos para sentirnos mejor e intentar ser más felices ¿no?

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