Llegan la primavera y el verano, el tiempo libre, el buen clima, los anhelos de vivir nuevas experiencias y surgen los deseos de viajar por alguna de las grandes rutas cicloturistas. El popular Camino de Santiago es un interesante y seductor desafío deportivo para los aficionados al cicloturismo y los viajes de ocio activo. Entre las numerosas opciones de los itinerarios marcados y homologados con las universales flechas amarillas, destaca por encima de todos el Camino Francés, la ruta jacobea que reúne las vías de peregrinación compostelanas más notables de Europa y entra en España por el Pirineo navarro.
En el siguiente artículo ofrecemos consejos y recomendaciones para intentar ayudar a desentrañar los atractivos, ventajas e inconvenientes del cicloturismo peregrino en el popular Camino Francés. Los ciclistas noveles en marchas cicloturistas de varios días no deben intimidarse por las dudas e inquietudes que surgen al afrontar este tipo de aventuras viajeras. En la mayoría de los casos son simples contrariedades fáciles de solucionar sobre la marcha con buena disposición viajera y talante positivo. Un viaje cicloturista por el Camino de Santiago es, como deben ser todos los viajes, un camino de evasión, descubrimiento, diversión y superación personal, teniendo en cuenta que quien camina sin buscar encuentra el principio de todos los caminos.
Consejos y recomendaciones para hacer el Camino Francés en bicicleta
Inicio de la ruta y distribución de etapas
Los siguientes comentarios están dirigidos a cicloturistas que van a realizar el Camino Francés en autonomía propia, sin coche de asistencia. El planteamiento del viaje cambia bastante cuando se llevan alforjas. El peso condiciona el ritmo y la distribución de las etapas.
La mayor parte de los cicloperegrinos que recorren el Camino Francés eligen Roncesvalles para iniciar la aventura jacobea, hito histórico, monumental, legendario y tradicional del Camino de Santiago. Nuestra recomendación es salir de la pintoresca población de Saint Jean Pied de Port, en el lado francés de los Pirineos, y saltar la cordillera en bici en la primera etapa. El desnivel positivo alcanza 1.200 metros, un buen reto para iniciar la aventura cicloturista. La recompensa por el esfuerzo es un hermoso paisaje de pastos de montaña, hayedos y la belleza de las cumbres pirenaicas, vinculadas a las hazañas del mítico guerrero franco Roldán, las gestas de Carlomagno y sus doce Pares de Francia. En Saint Jean se unen tres de las cuatro rutas jacobeas principales procedentes de Europa, tiene albergues de peregrinos, se puede obtener la credencial y existe un servicio privado de transporte a diario desde Pamplona. Otra opción es compartir taxi-furgoneta entre varios cicloturistas.
El Camino Francés tiene 790 kilómetros desde Saint Jean a Compostela y es el itinerario jacobeo más concurrido y popular de todos los “caminos" de Santiago. Hay albergues, hostales y servicios de alimentación, farmacia, bancos y repuestos de bicicletas en todas las poblaciones importantes, más o menos cada 14/18 km. Hay que ser astutos y no cargar con cosas que se pueden obtener fácilmente sobre la marcha.
Siempre conviene trazar un plan inicial del viaje y distribuir las jornadas de acuerdo al nivel del grupo, el tiempo disponible y los perfiles del recorrido, procurando terminar cada día en lugares con atractivos monumentales, históricos o ambientales para disfrutar en el tiempo libre.
El trazado altimétrico del itinerario es muy variado. Las primeras etapas en Navarra y La Rioja presentan varios puertos de montaña y duros repechos rompepiernas que obligan a llevar un ritmo prudente y tranquilo. El puerto del Perdón, entre Pamplona y Puente la Reina, es un buen ejemplo. Sin embargo, al pasar Burgos y entrar en las llanuras de Tierra de Campos la media asciende considerablemente, hasta que llegan los Montes de León y la temida subida de O Cebreiro, puerta de Galicia y su mundo de toboganes interminables. Hay que ser flexibles en la división de las jornadas y dejar que las piernas y el ánimo marquen el ritmo.
A una media de 60 km por día se puede hacer cómodamente el Camino Francés en bicicleta entre 11/13 jornadas de buen cicloturismo.
El ritmo imprevisible del cicloturismo y la buena disposición de servicios en el Camino Francés facilita la posibilidad de cambiar la distribución de las etapas sobre la marcha. Por ejemplo, en el caso de encontrar llenos los albergues de una población. A pie es una faena seguir diez o doce kilómetros en busca de otro albergue después de una dura jornada peregrina, pero en bici es un rato de apacible pedaleo.
Antes de empezar conviene decidir entre acompañar fielmente a las flechas amarillas por la ruta “oficial" senderista, fuera de las cunetas de las principales carreteras, o seguir el itinerario compostelano exclusivamente por asfalto. Sin rodar por los caminos y andaderos de tierra se pueden usar cubiertas lisas de una pulgada y la media cicloturista aumenta considerablemente. Nuestra recomendación es olvidar las carreteras y aprovechar el trazado original, más duro, lento y técnico evidentemente, pero mucho más atractivo, entretenido y auténtico, donde se vive y convive el verdadero espíritu jacobeo. Los tramos complicados son el descenso del Alto del Erro, un pequeño pedregal en la bajada del puerto del Perdón, varios repechos cortos entre Los Arcos y Logroño, la bajada de Triacastela y tramos aislados en varias corredoiras de Galicia.
Bicicleta
La bicicleta es la compañera inseparable de la aventura jacobea. El éxito del viaje depende de una buena puesta a punto previa, un manejo cuidadoso de los componentes de la transmisión, un buen mantenimiento durante el viaje, la adaptación de algunos elementos de la bici al cicloturismo y la elección del equipo, incluyendo el peso y la distribución de las piezas.
Los ciclistas que lleven al Camino de Santiago su bicicleta habitual de montaña deben tener en cuenta que el rendimiento físico y mental no es igual en una ruta dominguera con los amigos por las pistas forestales y los senderos habituales, que durante un par de semanas sin dejar de dar pedales con diez o quince kilos en las alforjas. En comparación con el mountain bike clásico, el cicloturismo es una manera deportiva de viajar y la postura sobre la bici tiene que ser relajada y ligeramente más elevada.
Quien necesite adquirir una bicicleta para el Camino Francés o quiera aprovechar el viaje para cambiar de compañera, debe tener en cuenta los modernos modelos de 29 pulgadas. El diámetro de la rueda proporciona un ritmo de pedaleo muy rodador, ideal para las grandes rutas cicloturistas. La postura de conducción también es más relajada que en los modelos de 26 pulgadas, evita sobrecargas en hombros y espalda y la geometría general del cuadro facilita la instalación de las alforjas y los complementos de viaje. La única pega es que puede resultar algo armatoste para personas de baja estatura o piernas cortas.
Los principales “cambios" o adaptaciones de la bicicleta son adelantar un poco el sillín, sin cambiar la altura, para facilitar el pedaleo en las subidas y evitar la sensación de arrastre que provocan las alforjas; elevar ligeramente el manillar, cambiando la potencia si es necesario o poniendo un manillar de doble altura; instalar acoples laterales en el manillar para ampliar las posturas de conducción y relajar muñecas, brazos y hombros; y poner puños especiales con plataforma de goma blanda para apoyar bien las manos.
Es importante distribuir muy bien el equipaje en la bicicleta para que el pedaleo sea cómodo y fluido. El reparto del peso en las alforjas traseras debe estar equilibrado. Las bolsas de manillar son prácticas y permiten tener a mano las cosas de uso habitual, como las gafas de sol, el móvil, los frutos secos o barritas para ir picando, el mapa de la etapa o la cámara de fotos. En el Camino Francés en verano no es necesario llevar alforjas delanteras. En todo caso un triángulo de cuadro para los repuestos pesados si la geometría de la bici lo permite.
Las cubiertas merecen un párrafo aparte. La finalidad de las cubiertas, especialmente la ruda trasera, es amortiguar y mantener la tracción en firmes complicados. En el Camino Francés aparecen suelos de barro, arena blanda, piedras, asfalto y caminos rurales de ripio. El peso extra de las alforjas obliga a montar cubiertas con algo de “balón". Una medida de 1.9 o 2.0 es suficiente. La rueda delantera puede bajar a 1.8. Y el taqueado cerrado y de perfil bajo. No se trata de ganar velocidad disminuyendo el rozamiento, el objetivo es conseguir comodidad y amortiguación. Sobre la marcha se puede “jugar" con la presión según el tipo de firme.
Los pedales automáticos son muy recomendables. Existen modelos de pedales semiautomáticos con un lado de plataforma para pedalear con cualquier tipo de zapatilla.
Y no olvidar el casco.
Repuestos y accesorios
En el Camino Francés hay tiendas de bicicletas en las poblaciones importantes y no es necesario llevar a cuestas un taller ambulante. La bolsa de repuestos debe llevar un buen inflador, cámara, arreglapinchazos, juego de llaves allen, tronchacadenas, varias bridas grandes y navaja multiusos.
En los viajes cicloturistas es conveniente llevar puesto un chaleco reflectante o bandas reflectantes distribuidas en el cuerpo y la bicicleta.
Colocar en la bici también un par de pulpos, un candado y el timbre para avisar a los andarines en el masificado tramo gallego.
Vestimenta
El vestuario debe incluir el equipo de viaje o pedaleo y la ropa de tiempo libre.
El culote es la prenda más cómoda y operativa para pedalear, con buena badana y limpio cada mañana. También hay pantalones anchos con badana que son muy prácticos en los viajes cicloturistas. Y arriba otra prenda de tejido deportivo que no acumule sudor y transpire bien. Para pasar la tarde se puede llevar un pantalón largo fino, otro pirata y un par de camisetas de algodón, calcetines, un forro polar exterior y un cortavientos impermeable que sirve para protegerse del viento y la lluvia en cualquier ocasión.
Salvo gustos o manías personales todo el peso debe ir en la bicicleta. Nada de macutos o riñoneras pesadas. La documentación, el dinero y las tarjetas pueden ir en un bolsito de pecho o de cinturón pero el resto de complementos estarán repartidos en la bici. El trasero lo agradecerá.
Llevar también unas sandalias ligeras para pasear por las poblaciones y estar en los refugios.
Los guantes, las gafas, el bañador y un par de buff completan el vestuario esencial del cicloperegrino.
Equipo de dormir
En muchos albergues dan preferencia a los peregrinos andarines hasta las ocho de la tarde. A partir de esta hora se reparten las literas libres entre todos.
En la mayoría de los albergues proporcionan sábanas y mantas pero muchas personas prefieren dormir en su propio saco o funda de vivac. Una de las grandes ventajas del cicloturismo es la libertad para cambiar de planes, como tener que buscar un vivac para pasar la noche porque no hay sitio en los albergues o porque hemos descubierto un paraje fantástico al aire libre. En cualquier caso es inevitable tener que transportar en las alforjas un pequeño saco de dormir para asegurar el descanso en cualquier condición. En verano es suficiente un saco ligero de 600/800 g de buena calidad, con rango de temperatura de cero grados, una colchoneta y una linterna tipo frontal para deambular por los albergues con la luz apagada o en las noches de vivac.
Las personas sensibles a los ruidos que no olviden llevar pastillas para dormir.
Una campanilla o unos cascabeles colgados en la bici facilitan tener controlada a nuestra compañera en los albergues. Si suena la campanilla…
Complementos
Atención con llenar las alforjas de objetos, recuerdos, cremas y piezas de ropa que se consideran necesarias para el viaje pero no son imprescindibles. En la bicicleta todo pesa. Elegir las cosas realmente esenciales e indispensables.
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Credencial de peregrino. Es obligatoria en algunos albergues para pasar la noche y sirve para recoger la Compostela en Santiago al terminar el Camino de Santiago.
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La concha, símbolo eterno de los peregrinos compostelanos.
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Protectores solares, gel de baño, una toalla y el resto de enseres de aseo.
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Cuaderno de notas, de dibujos, de agenda, de recuerdos, de papel para encender fuego…
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Cámara de fotos y teléfono móvil.
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Sensibilidad y muchas ganas de descubrir, conocer y experimentar.
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Poca prisa por llegar al final de cada etapa.
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Paciencia y buen humor.
Y por último una recomendación a los cicloperegrinos sobre comportamiento. A partir de Astorga, y especialmente después de pasar O Cebreiro, el Camino Francés está super concurrido en los meses de verano. Mantener una conducta respetuosa hacia el andarín. Los caminantes que llevan varias semanas a pie sufren dolores en las piernas y otras partes del cuerpo por el peso del macuto. Y muchos de ellos tienen además ampollas y lesiones en articulaciones. El anhelo por llegar les obliga a mantener una superación personal constante y el paso alocado de los ciclistas provoca desconcierto e irritación. La vereda de las flechas amarillas es un territorio para compartir. Aunque lleves una máquina divertida que te permite circular a 20 kilómetros por hora, no te adueñes del Camino, da preferencia siempre a los caminantes, saluda, anima y vive la esencia de los viajeros jacobeos.