Esquí de montaña: en primavera con buen pie

Temperaturas agradables, días largos y una infinidad de rincones por descubrir...

Inka Bellés

Esquí de montaña: en primavera con buen pie
Esquí de montaña: en primavera con buen pie

Llega la primavera, las estaciones cierran, y el esquí de montaña se presenta como una excelente opción para colmar tus ganas de seguir disfrutando de la nieve. Encima, llegas en el mejor momento: temperaturas agradables, días largos y una infinidad de rincones por descubrir cuando las condiciones de nieve acompañan. Si estás empezando, aquí tienes algunos consejos para disfrutar todavía más de tus excursiones primaverales.

Seguridad y prudencia ante todo

La montaña ya es de por sí un medio inestable e incierto, pero todavía lo es más en invierno. Que te acompañe un guía es, sin duda, la mejor opción para disfrutar de una excursión en total seguridad. No salgas nunca de casa sin informarte de la meteorología, consultar el boletín de peligro de aludes y haber reconocido la zona por la que tienes previsto desplazarte en un mapa. DVA, pala y sonda son un trio que siempre deberás llevar contigo, y que tendrás que saber usar a la perfección antes de poner un pie fuera de las pistas. Una buena opción para empezar son los circuitos de esquí de travesía de las estaciones de esquí.

No te abrigues demasiado, ni demasiado poco

Lo cierto es que aunque sea primavera, ¡no siempre hace calor! Pero lo que sí que está claro es que subiendo, la temperatura corporal no es la misma que bajando. Mejor llevar varias capas transpirables e ir sacándolas poco a poco que sudar a gota gorda con el equipamiento de esquí alpino. Ni se te ocurra sacarte los guantes o ponerte en camiseta corta a pesar de que el calor apriete, evitaras las quemaduras debidas a alguna caída inesperada sobre la nieve dura.

Elige el material adecuado

Para que tus primeras salidas de esquí de montaña sean un verdadero éxito, debes agenciarte un material adecuado a tus gustos. Que te encanta subir a toda velocidad? Opta por uno ligero de tipo competición. Las bajadas son tu gran debilidad? Elige unas tablas más anchas. Ni hablar de esquiar, te gusta el snowboard? ¡Prueba un split board! Las botas deben tener un máximo de movilidad en modo subida y un buen agarre en modo bajada. Los bastones son más largos que los de alpino, al cogerlos, el codo debe quedar a 90 grados. Para gustos colores, déjate aconsejar y no dudes en multiplicar las opiniones.

Una buena técnica desde el principio

Los malos vicios son muy fáciles de integrar y difíciles de sacar. Para empezar de la mejor manera, lo ideal es que te aconseje un profesional que sabrá ver qué puntos específicos deberás mejorar. Aquí tienes cuatro trucos de técnica básica.

-  Avanza deslizando sobre los esquís, sin levantarlos de la nieve.

-  Empieza a impulsar el esquí cuando plantes el bastón a nivel de la fijación del esquí contrario.

-  La cadera debe seguir una línea recta, sin ningún movimiento de muelle.

-  Desplaza los bastones en el plano del hombro, sin acampanarlos hacia el interior y aplicando la debida fuerza con los brazos para avanzar.

Practica la técnica en llano, concentrándote en los movimientos, y mejorarás en menos de lo que canta un gallo.

Un buen tentempié

El esquí de montaña es un deporte de resistencia y el desgaste es mucho mayor de lo que a veces pensamos. Para evitar esa temida pájara que nos dejará KO y disfrutar al máximo de la excursión, es esencial cuidar la alimentación e hidratación. Los glúcidos y las sales minerales serán tus mejores aliados, lleva contigo fruta seca, barritas energéticas o un plátano, fáciles de transportar y prácticos de comer. Hidrátate regularmente con bebida isotónica antes de llegar a tener sed. Y… ¿Para qué mentir? No hay nada más agradable que sentarse sobre una piedra en la cima a contemplar el paisaje mientras te comes tu bocadillo de jamón serrano.

Va de ritmos

Ir a tope desde el minuto uno solamente hará que llenes tu cuerpo de ácido láctico y que sufras durante todo el día. Adapta el ritmo a tus capacidades, una cadencia suave y constante te permitirá centrarte en la técnica, mejorar día tras día y disfrutar de las preciosas vistas .

¡Comparte!

El esquí de montaña es hacer tu propio camino sobre la nieve, rodeado de bellos paisajes, respirando aire puro y desconectando del mundo de ahí abajo. ¿Y qué mejor que practicarlo en buena compañía? No dudes en animar a tus compañeros a probar este deporte, si os gusta esquiar hasta que se funda la última placa de nieve, ¡os encantará!