40 horas en la zona de la muerte

Wui Kin Chin era rescatado en el Annapurna tras pasar dos noches por encima de los 7.500 metros sin oxígeno ni provisiones

Jorge Jiménez Ríos

40 horas en la zona de la muerte
40 horas en la zona de la muerte

Expuesto a temperaturas inferiores a los cero grados, sin comida, ni agua, ni oxígeno, mordido por las congelaciones, Wui Kin Chin sobrevivía a dos noches solo en el Annapurna, agotado, por encima de los 7.500 metros. El alpinista, aunque todavía en estado crítico, se recupera ahora en el Nepal Mediciti Hospital de Katmandú tras la impecable labor de un equipo de rescate que ha mostrado el lado más solidario del ochomilismo, en una temporada de primavera en la que una vez más se ha abierto el debate sobre la masificación de los grandes titantes asiáticos.

El milagro de Wui Kin Chin

El pasado martes, más de una treintenta de alpinistas alcanzaban la cima de una montaña del calado del Annapurna, una de las más azarosas y salvajes cumbres del mundo. Durante el descenso, Wui Kin Chin (48), miembro de una expedición comercial lanzada por Seven Summit Treks, quedaba rezagado y sin fuerzas a 7.750 metros, justo por debajo del Corredor de los Franceses. La alarma saltaría unas horas más tarde, al no alcanzar el refugio del Campo 4 donde aguardaban el resto de escaladores que habían intentado la cima aquella jornada. Wui comenzaba entonces una carrera contra la implacable zona de la muerte, pasando dos noches en completa soledad. Los habituales retrasos burocráticos con el seguro demoraban las operaciones de búsqueda, que finalmente se ponían en marcha la mañana del jueves 25. Tras tres arriesgados vuelos de reconocimiento, un helicóptero que había partido desde Pokhara localizaba al alpinista asiático, que agitaba sus brazos en señal de auxilio. Wui había quedado varado, sin energías, siguiendo la huella de sus compañeros. Sin oxígeno suplementario ni equipo para conseguir agua, sus posibilidades de salir con vida menguaban cada hora. Por suerte, Nirmal Purja andaba por allí.

Nirmal, soldado retirado y alpinista de récord, pretende coronar los 14 ochomiles en 7 meses y el Annapurna ha sido la primera cima de un proyecto que para muchos se pasa de ambicioso. Sea cual sea el final de su aventura, "Nims" ha demostrado la talla humana suficiente como para que cualquiera se fie de sus cordura. Junto a los también nepalíes Mingma Gyabu, Gesman Tamang y Gelje Sherpa ascendían en helicóptero hasta el Campo 3 (6.500 m) y acometían los más de mil metros de desnivel hasta Wui Kin Chin a ritmo de meteoro. Una vez contactado Wui, lograban descender hasta el C3 donde pasaría otra severa noche con atención médica básica. Durante la mañana de hoy viernes, tras tres intentos fallidos, un helicóptero lo evacuaba de la montaña mediante una maniobra con longline. Esa constante búsqueda de significado que es el alpinismo tiene estas cosas: hay horas que oscilan entre la fatalidad y el triunfo.

Escapar al Annapurna

A las 11:00 de la mañana, hora de Nepal, Wui Kin Chin era ingresado en la unidad de Cuidados Intensivos del hospital, donde los médicos se esfuerzan por acabar el trabajo de "Nims" y compañía. Tras aplicarle una reanimación cardio-pulmonar, al asiático se le mantiene con respiración asistida y los progresos en su salud son lentos por el momento.

Los conocimientos médicos de Wui, anestesiólogo en Singapur, y su familiaridad con las condiciones severas de la montaña, jugaban un papel fundamental para no sucumbir a la fatal tenaza del Annapurna.

Wui Kin Chin tiene en su haber la cima del Everest, lograda en mayo de 2018, cumbre con la que concluía el célebre proyecto de las "7 Cimas".

El milagro de Wui Kin Chin

Wui Kin Chin.
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