Wielicki: "El miedo te hacer ser más creativo"

Entrevista al legendario alpinista polaco en el Ladek Mountain Festival

Wielicki: "El miedo te hacer ser más creativo"
Wielicki: "El miedo te hacer ser más creativo"

Un día Krzysztof Wielicki echó la cuenta de los días de su vida: había pasado alrededor de ocho años en las montañas. Claro que para su mujer serían más bien diez. "La verdad estará en algún punto entre esas dos cifras". Bromeando, el legendario alpinista polaco se presenta ante el público del Lądek Mountain Festival. Está a punto de entrar en directo para el programa "An Hour of Truth" de la Radio 3 de Polonia. Buena parte del país estará escuchando a uno de sus representantes más icónicos. El periodista Michał Olszański dirige la entrevista. Le pregunta si sabe cuántas casas tendría de haber decidido ser futbolista. Wielicki ahoga una carcajada: "Lo cierto es que tengo muchas casas en el mundo, todos esos lugares hasta los que he llegado con mi mochila".

Wielicki será homenajeado este fin de semana durante la celebración del festival, entre cuya voluminosa agenda se incluye la gala de entrega de los Piolet d´Or. Este año, el Lifetime Achievement Award caerá en manos de Krzysztof y su eterno bigote. "Lo más importante es unirme a todos los que lo han ganado antes que yo. ¡Es una gran compañía!". Kurtyka, Bonatti o Jeff Lowe se encuentran entre los anteriores ganadores.

"Considero este premio más como un reconocimiento a nuestra maravillosa generación polaca", sigue Wielicki. Aquella generación, liderada por Andrzej Zawada, marchó hacia la libertad de las grandes montañas de Asia para legar algunas de las actividades más audaces que se pueden encontrar en las encliclopedias alpinas. La ascensión en solitario al Nanga Parbat en 1996, es uno de los hitos que protagonizó Wielicki, y aún tiene sentimientos encontrados sobre esa brillante y arriesgadísima huída hacia adelante por la vertiente Diamir. "Nunca les diría a los jóvenes que intentasen algo parecido. Los sherpas me miraban como si estuviese loco. Todavía trato de entender por qué lo hice, aunque visto en perspectiva fue la corona a mis grandes actividades en el Himalaya. Eso sí, sigo pensando que si hubiera habido alguien conmigo que hubiera intentado detenerme, le habría echo caso".

La escalada del Nanga Parbat le valió a Wielicki el reconocimiento mundial, culminando una trayectoria impecable de actividades rápidas y atrevidas, situándole como uno de los más prolíficos y creativos alpinistas de finales del siglo XX. "Comienzas tu carrera extasiado por la belleza de las montañas, pero luego vas a por mayores desafíos, siempre a por mayores desafíos, aunque siempre fui muy consciente de que lo importante era regresar para poder contarlo". La catapulta definitiva para su vida en las grandes cumbres se disparó con la primera ascensión invernal del Everest, en compañía de Leszek Cichy. "Era nuestro momento de hacer historia". Lo curioso es que aquella memorable escalada apenas le reportó fama internacional. "En los grandes medios de todo el mundo sólo se mencionaba que los polacos habían logrado el Everest en invierno. Creo que principalmente fue porque no eran capaces de aprenderse nuestros nombres", bromea Wielicki, que reflexiona sobre las penurias que pasó durante aquel febrero de 1980. "El arte de sufrir es básicamente entender ese sufrimiento como algo positivo, como algo imprescindible para alcanzar tu meta. Si tienes un objetivo el sufrimiento se vuelve aceptable. Igual que el miedo. El miedo te hace ser creativo, te hace imaginar todas las maneras de esquivar la muerte".

Sobre el Everest, Wielicki también tiene palabras para el presente. "No entiendo que la gente pague tales cantidades de dinero por hacer cola, pero están en su derecho. Ahora, con la irrupción de las redes sociales, con la aparición de tantos sistemas y medios de comunicación, el alpinismo se ha convertido en algo más personal, más individual. Antes casi todo giraba en torno al trabajo en equipo, ni siquiera sabíamos quién iba a protagonizar el ataque final. Pero es igual de cierto que si alguien quiere practicar un alpinismo más solitario e imaginativo todavía tiene muchísimas montañas para ello, sobre todo en Paquistán". En Paquistán, entre otros muchos desafíos, todavía persiste ese enésimo último gran problema: la invernal del K2. Los polacos enviarán una expedición para el invierno de 2020, aunque todavía no es oficial que sea Wielicki quien la lidere. "Me gustaría, pero también es un papel muy complicado. Es difícil tomar las decisiones por otros. Todos los alpinistas que vienen tienen mucha experiencia y todos quieren ayudar, escalar y ofrecer su pasión para trazar un plan conjunto, pero como líder tienes que saber manejar sus emociones, eres responsable de sus vidas". El polaco recuerda la presión que sintió, por ejemplo, durante el pasado invierno, cuando se lanzó la misión de rescate de Elisabeth Revol. "Debía elegir quien iría al rescate en el Nanga Parbat, una misión muy peligrosa, pensando también en el posible éxito de nuestra expedición en el K2. Cuándo pregunté quién quería unirse a las operaciones en el Nanga, todos se ofrecieron voluntarios".

Ante el regocijo del público presente en la coqueta villa de Lądek, el periodista le hace una pregunta clásica. Wielicki responde: "¿Si repetiría todo? !Por supuesto que sí!".

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