Entrevistamos a Juan Menéndez Granados unas semanas antes de partir a su próximo desafío en Mongolia.
Seguimos la trayectoria de Juan Menéndez Granados desde los inicios de la revista, allá por 2008. Por nuestras páginas ha pedaleado en Australia, el Baikal, el Cáucaso, el desierto de Atacama, la Antártida…Por eso no nos sorprende su espíritu por los retos deportivos de dificultad en ambientes inhóspitos. Su próximo reto: Mongolia.
¿Qué te ha llevado a decidirte por Mongolia para tu próxima expedición?
Mi pasión es explorar y realizar retos deportivos de gran dificultad, y Mongolia es un país de paisajes inhóspitos. Da juego para realizar un itinerario inédito. Todo es muy salvaje y pasaré por estepas, montañas, desiertos… Continuamente busco salir de mi zona de confort y buscar itinerarios difíciles. Los escasos puntos donde poder avituallarme con comida y agua, la soledad, el contraste de temperaturas (pasaré de -20 ºC a 30 ºC ), los cambios de altitud, llegar hasta cotas de 3.000 metros y un itinerario con un desnivel acumulado de 16.000m, convierten a este país en un “ineludible” de mi lista de retos.
¿Cuáles son los factores técnicos más importantes de la travesía?
Lo primero y más importante es la seguridad, por lo que llevaré, además de GPS, un teléfono y localizador satélite para estar localizable en tiempo real en caso de algún imprevisto. Y la preparación del material es vital: en todas mis expediciones trato de ir lo más ligero posible pero en este caso he de salir con una carga de unos 45 – 50 kg como mínimo dependiendo de los litros de agua que necesite llevar conmigo. Hay zonas en las que me harán falta unos 25 litros y eso ya son directamente 25 kg, a los que hay que sumar la tienda de campaña y el saco para dormir, comida, material gráfico para documentar la expedición…Todo, hasta una pequeña etiqueta, cuenta…y pesa.
¿Cómo te ha cambiado la experiencia desde tus primeras expediciones hasta ahora?
En mis 14 años de carrera profesional he aprendido a planificarme mejor, a estudiar las dificultades con las que me puedo enfrentar y así, salir de la mejor manera posible de ellas. Las cosas pueden ponerse realmente feas ahí afuera.
¿Dónde y cómo te estás entrenando?
Actualmente estoy muy centrado en hacer kilómetros y coger fondo. Hago también entrenamiento de intervalos y ruedo por distintos terrenos, con ascensos largos. Me queda un último entrenamiento largo antes de coger el vuelo a Mongolia para que el cuerpo vaya acostumbrado.
¿Algún aspecto técnico de la bici que tendrás que tener en cuenta o modificar?
A diferencia de otras expediciones como Polo Sur, en las que las ruedas tenían que ser más anchas por la nieve, para Mongolia la bici no dista mucho de la que puede tener un usuario normal. Es una Cannondale Trail tuneada, con detalles reforzados, pensada para aguantar las condiciones más extremas.
¿Qué apoyos estás recibiendo? ¿Cómo rentabilizas tus aventuras?
A nivel personal, mi principal apoyo es mi familia, amigos y seguidores. Aunque suene a típico tópico, en momentos de soledad, que hay muchos y en Mongolia me encontraré con esa sensación (pasaré por zonas realmente remotas), los pensamientos positivos y los mensajes de ánimo de mis seguidores ayudan más de lo que se puede imaginar.
En cuanto al apoyo económico, en estos momentos estoy cerrando acuerdos de patrocinio. La búsqueda de financiación es un periodo algo estresante, ya que a veces resulta más complicado de lograr... ¡que la propia expedición!
La mayoría de mis proyectos están secundados por empresas asturianas, a las que les agradezco muchísimo su nivel de implicación. Sin ellos, no podría realizar estos retos.
Cuando finalice la travesía me tengo que ir cinco meses, como cada año, a trabajar de forma intensiva en el mercado de pescado de Bergen, Noruega, para ahorrar dinero y financiarme mi siguiente expedición. A largo plazo me gustaría tener un proyecto más global, pero por estas razones económicas, tengo que ir expedición a expedición.
¿Y cómo lo rentabilizo? Intento dar a conocer mis experiencias en conferencias motivacionales: escuelas de negocios, empresas, colegios, universidades…público al que le interesa escuchar cómo me enfrento a la adversidad y al miedo. Un lema que he comprobado en mis propias "carnes" es: “No permitas que te digan que es imposible si de verdad crees en ello”.