Combinar una vida asentada con seguir siendo un mito en activo de la escalada deportiva. En esas anda el californiano Chris Sharma, que entre las gestiones de su nuevo rocódromo, cambiar pañales y mantener un matrimonio feliz, sigue dándole pegues a algunos de los proyectos más duros del planeta y esparciendo la semilla de la pasión por este deporte que, en sus palabras, es mucho más que eso.
Hace menos de diez años encadenar vías como La Rambla (9a ) era el top mundial. Hoy estamos ante nuevos estándares como el 9b . ¿Qué te ha parecido esta rápida evolución?
Ha sido impresionante. Lo más increíble ha sido poder participar en esta evolución. Gran parte ha transcurrido además en España. Estamos viviendo una etapa muy interesante e histórica para la escalada. Es un orgullo haber estado en este momento. Gracias al esfuerzo y la visión de las generaciones anteriores he podido hacer lo que he hecho, y estamos viendo ahora el siguiente paso con gente como Ashima Shiraishi, Adam Ondra o Alex Megos. Es un honor formar parte de esta historia.
¿Cómo lo compararías con aquellos días que pasabas en el Campo IV de Yosemite?
La escalada es mucho más popular ahora. Antes era una actividad para gente más rebelde, casi huyendo de la sociedad y de la ley. Hoy hay niños, niñas, familias, se disfruta de un ambiente súper sano y ambas visiones son fantásticas. De los orígenes hasta ahora, el punto de vista y el estilo de vida es muy diferente, pero es un salto lógico. Seguir tus sueños, convivir con la naturaleza, superarse… eso son realmente los fundamentos de nuestro deporte. Ahora que hemos abierto un rocódromo estamos viendo a mucha gente conociendo la escalada sin haberla probado en la roca natural, con mucha proyección para acabar saliendo fuera y obteniendo resultados. Será parte de las OIimpiadas en 2020, lo que traerá mucho apoyo económico…
¿Y crees que se perderá un poco esa esencia contracultural de la escalada?
Pienso que siempre habrá gente como nosotros que mantendremos los valores originales de la escalada, que es nuestra labor, y además apoyar ese crecimiento a todos los niveles. Habrá más oportunidades para que la gente pueda dedicarse plenamente a la escalada, lo que es muy importante para el deporte. Pero hay que equilibrar eso con no perder su esencia. No es sólo un deporte, tiene una filosofía muy clara que no debe cambiar. Sentirnos orgullos de quien somos es algo grande e importante. La escalada tiene algo profundo y auténtico, que es además lo que atrae a mucha gente.
Te has metido a empresario, formado una familia… ¿cómo ha cambiado tu vida deportiva últimamente?
Mi vida ha cambiado muchísimo, obviamente tengo menos tiempo para la práctica deportiva. Lo bueno es que viviendo en Cataluña hay tantos proyectos cerca… Empezar una familia es la gran alegría de la vida, mi gran proyecto. Es algo increíble. En ese sentido, claro que quita tiempo, pero aumenta tanto la felicidad y te cambia tanto la perspectiva… te quita tiempo pero la calidad de ese tiempo cuando voy a escalar es mucho mayor. La escalada siempre ha sido una parte vital de mí mismo, un “life journey” como decimos. Llevo más de 20 años escalando y evolucionando como persona, y eso va de la mano. Tu vida afecta a tu manera de escalar y viceversa. Ahora estoy en otra etapa, mucho más completa. El punto de foco cambia, claro, pero eso te libera de mucha presión. No estar tanto tiempo en la roca te hace extrañarla, así que cuando vas estás súper motivado y súper concentrado, algo que no ocurría tanto cuando lo tenía a mano todos los días. Ahora voy a muerte de verdad cada día. Y eso repercute en la calidad de mis escaladas. La psicología a la hora de escalar una vía es a veces mucho más importante que la exigencia física y he notado que ahora estoy más centrado, soy más efectivo, con menos líos mentales. Es una suerte enorme ser un escalador profesional, pero eso alimenta la presión, es tu identidad, hay muchos factores que influyen. Para mucha gente es su manera de desconectar y pasarlo bien, pero cuando es tu vida diaria, pues dificulta ese disfrute. ¡Ahora todo ha cambiado para mí!¡Soy más libre de ser yo mismo! El resultado es que escalo mucho mejor.
¿Te queda algún sueño por cumplir?
Siempre tengo ganas de seguir encadenando proyectos, tengo muchos en mente. Pero sobre todo vivo un momento tan bonito en mi vida que siento estar viviendo el sueño. Mi única meta ahora mismo es mejorar como persona para mi familia y ser un embajador de la escalada, una especie de guía para transmitir la pasión y la energía de este deporte y de la vida… que siempre se retroalimentan. Es como completar un ciclo. Los próximos años de la escalada van a ser tan interesantes…
¿Tienes el ojo echado a algún proyectazo de los tuyos, algún 9c quizá?
Tengo un par de proyectos de 9c que podrían salir, uno en Oliana y otro en Santa Linya, y un par de vías más que podrían llegar al 9b . Ahora mismo, aunque la dificultad me motiva, estoy con muchas ganas de hacer vías largas o psicobloc, actividades que están muy cerca de mi alma. Dedicar mucho tiempo a una vía muy difícil, cen trarse totalmente, no estoy tan seguro… pero por mi naturaleza, por supuesto, siempre voy probando cosas más duras.