El autor de este artículo, que ha vivaqueado en varios miles de ocasiones, comparte con nosotros sus más realistas observaciones para este invierno.
1) Viento: los sacos de fibra te protegen mejor del viento que uno de pluma. Si te has equivocado en la elección, te conviene dormir con una funda de vivac o envuelto en una manta de supervivencia.
2) Humedad: con mucha más capacidad “enfriante” de la que creemos: un rocío intenso, una niebla muy cerrada o un pequeño chaparrón de lluvia pueden empapar tanto el saco que pierda demasiado espesor y eficacia.
3) La improvisación: salvo que tengas gran experiencia, no esperes a que llegue la noche para buscar un sitio resguardado para dormir. Si han dado un pronóstico “duro”, por ola de frío o mal tiempo, llévate una tienda.
4) La ingenuidad: no pienses que ese saco de 40 € de aquel vendedor tan amableva abrigarte igual que uno de 300 € o que ese novio/a o amigo/a en el/la que tanto confías te va a sacar las castañas del fuego sitenéis 10º ó 15º menos de lo esperado…
¡OJO AL SACO!
No hay milagros, ni en fibra, ni en pluma. Suena evidente, pero nos pasamos de confiados. Sólo un saco “gordito” te mantendrá calien-te. Para hacerte una idea de su aislamiento real puedes consultar su temperatura de confort (no límite de confort ni extrema) facilitada en las etiquetas de los sacos según la norma EN 13537 y calcular que si eres muy bajito, mujer o fumador empedernido notarás de 2º a 3º más de frío que el resto de los mortales. Aunque hay intentos serios de proteger al consumidor, la euronorma nueva es más exigente con los sacos más gruesos y no tanto con los más finos, lo que complica aún más un críptico intento que hubo hace tiempo de comparar los sacos mediante unidades Clo (unidad de aislamiento térmico), por el que supi- mos que un buen saco hasta -20ºC tenía que tener 12 Clo, es decir cuatro veces más que una chaqueta bien gruesa de Primaloft.
La resistencia térmica, Rct, es un valor muy interesante que se está empezando a dar para comparar ciertas chaquetas calientes y que relaciona unidades que asustan como los grados Kelvin (k), vatios (W) y la más comprensible metro cuadrado (m2), pero aún no apa- rece en la información de los fabricantes sobre sus gamas de sacos.
Para no volvernos locos, sabemos por experiencia que un saco de 1,5 kg de peso total con 900 g de pluma de oca 90/10 (porcentaje del plumón de buena calidad respecto alas pequeñas plumas) nos sirve para vivaquear sin tienda y sin abrigarnos hasta unos -5ºC y hasta-10ºC si añadimos una chaqueta de plumas semigruesa (de unos 500 g de peso total). Con uno de fibra de 2 kg podemos dormir hasta unos -2/-5ºC y hasta -7/-8ºC si alcanza los 2,3-2,4 kg. Estos rangos se pueden mejorar con diferentes soluciones y accesorios.