A los amantes de la montaña no nos echa para atrás el frío, la nieve, las ventiscas qué va, ¡incluso nos gustan! estamos deseando que las montañas se vistan de blanco para desempolvar las botas duras, abrillantar las puntas de los crampones, desenrollar las pieles de foca, preparar las raquetas y sacar del armario las terceras capas, el gorro y los guantes. Pero este cambio de visual y de temperatura también cambia la manera de enfrentarnos a la montaña, desde el equipo que tienes que llevar encima a la forma de progresar. Para que disfrutes con seguridad de la montaña en invierno, te hemos preparado unos cuantos trucos pasados por nieve.
1. SIGUE LA REGLA DE LAS TRES CAPAS
En invierno es especialmente importante seguir la regla de las tres capas de ropa. El frío afecta al funcionamiento del organismo. En general hay un equilibrio entre el calor que el cuerpo produce o mantiene (por la actividad muscular y por las calorías que ingiere, entre otras cosas), y el que pierde al estar en contacto con el exterior; si se pierde más calor del que reproduce, el organismo empieza a funcionar mal. Una manera de ayudar a conservar ese calor es con el sistema de capas, que crean cámaras de aire aislantes alrededor de tu cuerpo. Además así puedes controlar la temperatura según tengas más calor o más frío quitándote y poniéndote capas. .
2. EL EJERCICIO “MICROONDAS”
Al iniciar una marcha invernal, cuesta más que el cuerpo entre en calor, los músculos y articulaciones están entumecidos por el frío y empiezas a encontrar tu ritmo de marcha más tarde de lo habitual. Pues para evitarlo, e iniciar la marcha ya “calentito”, te proponemos un ejercicio muy efectivo para entrar en calor rápidamente: skipping en el sitio: eleva las rodillas alternativamente hacia el pecho, lo más alto que puedas y rápidamente. De esta manera calientas los cuádriceps y trabajas al mismo tiempo el psoas iliaco y la musculatura que utilizas al subir pendientes o ascender escalones.
3. CUIDA TUS OJOS
Protégelos con cristales adecuados para nieve. El tipo de factor de protección adecuado para este tipo de usos (se denominan cristales de glaciar o de nieve), generalmente del tipo espejo. De esta manera evitarás, entre otras, sufrir la llamada oftalmía de las nieves, una inflamación de la membrana mucosa que cubre el ojo y que tapiza el interior de los párpados. Ten en cuenta que la proporción de rayos ultravioleta en la luz solar aumenta un 10% cada 1.000 metros y que la nieve refleja hasta el 80% de la luz ultravioleta. También hay que llevar unas buenas gafas de ventisca, que no se empañen y que te protejan del viento, ventisca, niebla…
4. ¡MÁS CALORÍAS!
En invierno recomendamos comidas con alto poder calórico para combatir el gasto extra de energía que hacemos al combatir situaciones meteorológicas adversas. Necesitas unas 5.000 calorías diarias. Así que aprovecha para llevarte en la mochila todos los alimentos extracalóricos que evitas durante la semana (que sean calóricos, ¡y también sanos!)
5. UN TERMO CON BEBIDA CALIENTE
También hay que hidratarse convenientemente en invierno, además, en caso de hipotermia o congelación, el agua ayuda a que no se espese la sangre. Lleva un termo con bebida caliente para entrar en calor rápidamente.