Simon Gietl abre una gran nueva ruta en Dolomitas

Por una pared virgen del Piz d´Ander

Redacción Oxígeno

Simon Gietl abre una gran nueva ruta en Dolomitas
Simon Gietl abre una gran nueva ruta en Dolomitas

Oblivion, un nombre evocador para una de esas rutas que sirven para confirmar que todavía restan muchos lugares donde la exploración es posible, aún en aquellos espacios salvajes que son lugar de peregrinación para muchos escaladores del mundo. Simon Gietl y Andrea Oberbacher han bautizado así su nueva línea abierta en una vertiente virgen de Dolomitas. A los pies del Piz d´Ander (La Dorada), en Alta Badía, la cordada dejaba atrás sus miedos para legar un nuevo desafío (cotado como 7c) a la larga lista que aloja el Sudtirol.  

No era la primera vez, claro, que Simon Gietl, atleta de Salewa, acudía al valle de Edelweiß con intenciones aperturistas. Hace tres años, en 2014, con su amigo y compañero de correrías Vitto Messini, inauguraban Neolit, una ruta de ocho largos, que incluía algunos pasos cruciales sobre una placa tan lavada por la lluvía que uno puede llegar a pensar en palabras como “inescalable”. Pero ya se sabe que los adjetivos suelen cambiar cuando está de por medio el tesón humano. Y algunos de los cachibaches de la escalada artificial.

No contento con ello, y con ganas de llevarse la liberación de la vía (escalar sin utilizar ningún agarre artificial)ese mismo año junto a Patrick Seiwald, y en 2015, con Andrea Oberbacher, regresaba para trabajar los pasos clave, logrando su objetivo final en la primavera.

El valle y sus perfiles, la dificultad, belleza y lo prístino de sus paredes, dejaban huella en Simon, que ha regresado cada año desde entonces para establecer otras dos rutas nuevas en la vertiente suroeste de La Dorada: Spaßbremse (6c) y Hart Aber Fair (7c ).

Durante cada una de esas visitas, además de centrarse en su objetivo, llevaba de cuando en cuando un ojo a una pared virgen a su derecha: una gran cara sureste, de color dorado, que nunca antes había sido escalada y que incluía un desafiante techo. Los primeros vistazos que Andrea y Simon le echaban acabaron por convencerles de que era demasiado para ellos. ¿Cómo iban a poder con este techo? Y ¿habría posibilidad de encontrar lugares para colocar seguros sin tener que recurrir a instalar bolts?

“Escalamos los primeros tres largos varias veces sobre roca descompuesta, de izquierda a derecha, siguiendo un sistema de fisuras hasta un gran diedro que parecía el principal obstáculo en la primera mitad de la ruta”, desglosa Simon. “Desde una cómoda reunion, lanzamos algunos ataques que tuvimos que detener antes de acabar exhaustos”. Tras un descanso de sus intenciones, y una expedición a Alaska de por medio, regresaron al trabajo en el valle tirolés. “Alcanzamos el punto de nuestra primera retirada con bastante rapidez y nos sorprendimos superándo el diedro donde pudimos emplazar una sólida reunion para afrontar los dos siguientes largos, bastante directos, hasta el pie del gran techo, que sobresale seis metros desde la pared. La única forma de escalarlo que veíamos posible era por su parte más gruesa”. Mientras estudiaban su siguiente paso, las sombras se alargaban en el valle y la oscuridad parecía aproximarse de forma inminente. Debían volver a intentarlo otro día. “Esta vez acortamos la ascension subiendo por una estrecha placa para empezar con fuerzas el techo, ahorrando tiempo y energía. Pronto me veo con las piernas bailando salvajemente en el vacío para finalmente, y tras una secuencia de movimientos incredible, supercar el techo”. A cinco metros por encima Simon encontraba un lugar perfecto para la siguiente reunion, desde donde contemplar bajo sus pies el que se suponía era el paso clave de la ruta. “Por supuesto, había hablado demasiado temprano”.

Es lo que suele ocurrir y lo que engancha de estas activiades pioneras. El reto de lo desconocido. El siguiente largo iba a resultar un auténtico monstruo que les iba a impeder alcanzar la cima esa jornada, forzando otra retirada. “Regresamos un par de días más tarde con la esperanza de supercar este muro superior, tan expuesto, tan bello, tan endiabladamente difícil”. Roca super compacta orlada de pequeñas fisuras donde parecía un milagro poder colar algún seguro, pero que mostraba pequeños agarres para pies y manos. Este era realmente el punto crucial de su escalada. “Me llevó siete horas y media completar ese largo antes de acometer otra agotadora secuencia final para alcanzar la cima. Cinco días de durísimo trabajo… Tíos, estaba tan contento de ver la cima…”. Una vez superados uno por uno los largos, Simon comenzó a pensar en el punto rojo (escalarla al completo en libre y de una tirada). “Pasamos tres días más limpiando la ruta, practicando los movimientos e interiorizando las secuencias y decidimos ir a por todas. Soprendemente el techo pasó sin tanto esfuerzo y la parte final fluía como nunca: ¡logramos la liberación a la primera! Poco después Andrea se me unía en la cumbre, en un momento increíble y de realización para los dos. Ninguno había escalado algo de caracter tan alpino, tan difícil, nunca. Decidimos llamar a la vía Oblivion, pues parecía que esta pared había sido olvidada por todo el mundo. Ciertamente, nosotros vamos a recordar esta ascensión para siempre”.

Simon y Andrea protegieron la ruta usando friends y pitones, sin necesidad de colocar ningun bolt fijo en la pared. El dúo necesitó de cinco días de esfuerzos hasta la ascension final el 21 de mayo de 2017.

La aproximación a la ruta se hace por una senda sencilla desde el carismático refugio de Edelweiss. El valle de Edelweiß es uno de esos paraísos poco conocidos de Dolomitas y gracias a sus numerosas paredes orientadas al sur se puede escalar desde principios de temporada, desde marzo o abril, durante todo el resto del año.

Ruta: Oblivión
Primera ascension: Simon Gietl y Andrea Oberbacher, 21 de mayo de 2017
Grado: 7c
Longitud: 9 largos
Área: Dolomitas
Cadena: Puez-Odle
Pico: Piz d ´Anger (La Dorada)
Altura: 2.250 metros
País: Italia
Región: Alta Badia, Sudtirol