Sigue la expedición al K2 invernal en vivo
Es uno de los mejores alpinistas polacos y uno de los grandes himalayistas de las dos últimas décadas. Janusz Golab, de 50 años, está viviendo desde un papel más anónimo todo lo que está sucediendo alredor de la expedición invernal al K2. Dándose por cerrada la situación con Denis Urubko, que abandonaba el grupo tras su intento en solitario a la cumbre, llega el momento de hacerse la pregunta: ¿podrá la expedición coronar la montaña en marzo? Los partes no son prometedores y quizá la única ventana que permita pasar a la acción se de a principios de marzo. Además, la cordada que iba a servir como punta de lanza, formada por Urubko y Adam Bielecki, se ha roto. "Puedo acompañar a Adam a la cima, siempre que las condiciones permitan estar un par de noches entre los 7.200 y los 7.400 metros", afirma Golab, que reconoce que las posibilidades de éxito han disminuido.
Janusz necesitaría aclimatarse a esa altitud, donde está situado el Campo 3, antes de enfrentarse al asalto final. "Conozco la parte superior del K2 y conozco mis posibilidades. Sé que es posible". El tandem formado por Golab y Bielecki es, si la meteo lo permite, francamente prometedor. Juntos ya hollaban, en 2012, el Gasherbrum I (8.068 m). Era la primera ascensión invernal de la montaña, que acometían por el elegante Corredor de los Japoneses, en una expedición dirigida por Artur Hajzer.
Janusz Golab ya conquistaba el invierno del Himalaya, en el Gasherbum I, en 2012. Foto: Janusz Golab
Un brillante precedente
Aquella escalada histórica al G-I no estuvo carente de dificultades. Tras 49 días de trabajos en la montaña, con largos periodos de mal tiempo, Bielecki -por aquel entonces una joven promesa que acababa de ascender el Makalu- y Golab, pisaban la cima a las 8:30 am del 9 de marzo. El precio de su osadía fue un vivac por encima de los 7.000 metros, con temperaturas que oscilaron entre los -35º y los -60º. Ambos sufrieron congelaciones en el rostro.
En 2012, tuvieron paciencia y confiaron en sus posibilidades de éxito. Y en marzo, una fecha que para Denis Urubko no supondría una ascensión invernal, lograban una cima muy codiciada. Con el G-I, ya eran 9 las primeras invernales para el alpinismo polaco.
La coordinación del equipo corrió a cargo de Artur Hajzer, uno de los cabecillas habituales de aquellas expediciones pioneras en los 80, edad de oro del himalayismo polaco. Junto a Jerzy Kukuczka, Hajzer inauguraba el invierno del Annapurna en 1987.
Janusz Golab ha amasado una valiosísima experiencia en altitud durante toda su carrera, incluyendo la ascensión de una fabulosa nueva ruta en el Kedar Dome, junto a Stanislaw Piecuch y Jacek Fluder, en lo que se bautizó como el "Polish Dream Team". Golab sería un candidato ideal para cualquiera que pretenda resolver una incógnita como la del K2 en invierno. Pero la meteorología tiene siempre la última palabra.
Disminuyen las posibilidades
"Actualmente las condiciones están muy difíciles. Por lo que vemos, sólo se abrirá una ventana a principios de marzo", explica Golab en declaraciones para TVN24. "Aún hay posibilidades, pero han disminuido significativamente. En cualquier caso, tenemos tiempo".
El polaco también se ha referido al ambiente en el equipo tras el revuelo causado por la decisión de Denis Urubko. "El ambiente es bueno. Si hay algo que nos desanime es el parte meteorológico". El viento en la montaña sigue rugiendo, e incluso azota el Campo Base.
Foto de portada: Janusz Golab