Buscador incansable de nuevos retos, David Lama se ha convertido en 2018 en nuevo atleta de The North Face, marca con la que se identifica plenamente ya desde su lema: “Never Stop Exploring”. Y eso es lo que quiere hacer el alpinista austriaco en esta nueva etapa de su vida: explorar, explorar sin límites y realizar nuevas actividades, experimentar el concepto más amplio del alpinismo, en todas sus facetas. Aunque se inició en la escalada deportiva (fue el escalador más joven de la historia en conseguir un 8b ), sucumbió pronto a la llamada de las grandes montañas. Después de lograr en estilo libre la mítica arista Sureste de Cerro Torre, y de tratar de hacerse con codiciados tesoros alpinos, como la virgen arista Sureste del Annapurna III (7.555 m), David sigue encontrando motivos para satisfacer su sed de aventura.
Antes que nada David, felicidades por tu nueva etapa en The North Face. ¿Qué crees que la marca ha visto en ti para ficharte?
¡Espero que la verdad! (risas). Creo que compartimos una visión parecida, siento que encajo muy bien en TNF, y no es que no estuviera contento con Mammut, tenía una gran relación con ellos hasta el final de este año, y echaré de menos esos momentos en Mammut, pero para mí era el momento de encontrar algo nuevo, buscar nuevos retos, nuevas experiencias, oportunidades… y desde que he empezado a colaborar con ellos, hace un par de semanas, está siendo muy apasionante: ya he viajado a Estados Unidos a participar en el desarrollo de producto, a conocer a otros atletas de TNF, ha sido un gran comienzo, y ya estoy trabajando en nuevas ideas para mejorar cada colección actual; también la marca tiene un gran equipo de atletas, y apoyan tantas expediciones que me siento muy privilegiado de pertenecer a este equipo, estoy realmente emocionado, es una gran oportunidad para mí. También hay algo más “profundo”, en el aspecto de que TNF es una compañía que está muy relacionada con la montaña, cuando he tenido viajado a la central en Estados Unidos y he conocido a la gente que trabaja allí, he sentido cómo la compañía lleva dentro el espíritu de la montaña, y también su lema es muy grande, me encanta: “Never Stop Exploring” (Nunca pares de explorar): por un lado es “Never stop”, no pares, continúa luchando, luchando… y es algo realmente que yo vivo y que ellos viven. Ellos en el sentido de que trabajan para evolucionar y mejorar sus productos, y yo también trabajaré para desarrollar ese material, pero también para impulsarme a mí mismo a mejorar, no quiero parar. Por otro lado es exploración. En mi opinión esa es la clave, la esencia del alpinismo, del montañismo. La aventura siempre viene de la exploración. La gente no sale ahí fuera por las cifras o por la dificultad, la gente sale ahí fuera por ese deseo de explorar, por eso sigue escalando montañas. Eso es una realidad y el gran espíritu del alpinismo.
Ese afán de explorar ha marcado tu evolución, tu paso de la escalada deportiva a la escalada alpina, a asumir retos increíbles como en Cerro Torre o tu último intento en el Annapurna III, ¿tu camino ahora va más en esa dirección, hacia esos grandes retos?
No voy a volver a la escalada deportiva, hago un par de competiciones al año, pero es más por encontrarme con los amigos y estar conectado… pero la verdad es que mi corazón está latiendo ahora mismo por el alpinismo y las grandes montañas, realmente disfruto con ese gran rango de retos y experiencias, y no quiero estar enfocado solo en una sola cosa, eso es lo que creo que hace grande al alpinismo, que tienes que ser bueno en toda tipo de escalada, combinar varias habilidades, y tienes que pensar un montón… Las grandes montañas me parecen espectaculares.
¿Crees que hay límites en cuanto a descubrir nuevos lugares y retos en cuanto a lo que puedes hacer tú u otros atletas, o que por el contrario hay un mundo de posibilidades?
Creo que la exploración tiene dos componentes: tú siempre puedes explorar por ti mismo -porque leerlo en los libros o revistas no es explorar- explorar es cuando encuentras algo por ti mismo, cuando experimentas algo nuevo; así que creo que todo el mundo puede salir ahí fuera y experimentar algo por sí mismo, y explorar a su manera, en cuanto a sus límites como persona; por otro lado por supuesto que hay montañas que nunca han sido escaladas, yo mismo he intentado dos veces el Annapurna, hay cimas a las que definitivamente quiero volver, porque es un gran reto, una bonita conexión y al mismo tiempo una relación muy intensa con estas montañas, quiero alcanzar la cima de esas montañas, volveré.
El último accidente en el Nanga Parbat nos hace cuestionarnos a los “mortales” si realmente merece la pena poner en riesgo la vida por ascender una cima o conseguir un reto…. ¿qué opinas?
Siempre nos arriesgamos, ¿sabes?, cada día. Quiero decir, tú probablemente has cogido un tren, un avión un coche para llegar aquí, y hay riesgo en todo. La vida es peligrosa, el asunto es que en alpinismo el riesgo a veces es obvio, todo el mundo puede ver que ascender ciertas montañas supone asumir algunos riesgos, pero a veces la gente olvida que los atletas no nos lo estamos cuestionando. Lo positivo del alpinismo es que los atletas no se están preguntando por qué hacen eso y si realmente merece la pena. La cosa bonita del riesgo es que muestra cuánto quieres una cosa, muestra el valor personal que pones en ese empeño, de otra forma no lo harías, ¿entiendes lo que quiero decir? Es un manifestación de cuánto estás convencido de tu idea, de cuánto deseas un objetivo.
¿Tú próximo reto?
Quiero volver a Nepal seguro, y esta primavera tengo dos opciones sobre la mesa, quizás pasaré un mes en Chamonix, haciendo algo, o quizás viajaré a Alaska o una expedición a Perú… en estos momentos estoy pensándolo. En Perú he estado pero nunca he escalado montañas allí, y hay increíbles montañas allí para escalar y me encantaría ir.
