Ayer martes 19 de abril nos sorprendía la noticia de la muerte de la snowboarder Estelle Balet a causa de una avalancha en la estación suiza de Orsière. Estelle, que con sólo 21 años ya había sido campeona en dos ocasiones del Freeride World Tour, se encontraba grabando una película cuando fue sorprendida por un alud en pleno descenso.
“Tengo un fuerte temor a los aludes”, nos decía por email hace apenas unas semanas en perfecto español, en una pequeña entrevista que teníamos planeado publicar en el próximo número de la revista.
No hemos querido que su trágico accidente entierre las palabras que nos dedicó a los lectores de Oxígeno, y hemos querido publicarlas como homenaje en su memoria. Descansa en paz Estelle.
FOTOS: Tero Repo
¿Cuándo fue tu primer contacto con las montañas? ¿Y con el esquí?
Nací en una pequeña estación de esquí suiza, por lo que siempre he estado en contacto con la montaña. Empecé a esquiar cuando tenía dos años de edad, y luego cambié a snowboard a la edad de 10. ¡Así es cómo comenzó todo!
La montaña, ¿es buena maestra?
Sí. Aprendes mucho de ti mismo, de lo pequeño que eres. He conocido a tantas personas, visitado tantos países y aprendido tanto a través de la montaña que no sería la misma persona sin ella. Especialmente en el freeride, que te enseña a mantenerte humilde y precavido.
¿Algún miedo por superar?
Por supuesto... Tengo un fuerte temor a los aludes. Creo que siempre tengo un poco de miedo cuando estoy haciendo snowboard , y me ayuda a no tomar decisiones irracionales.
¿Cuáles eran tus asignaturas favoritas y más odiadas en la escuela?
Mi favorita era probablemente el estudio de las lenguas y el deporte, ¡y odiaba las matemáticas y la química! Era difícil para mí para estar sentada en una silla, mientras miraba por la ventana y veía la nieve y el cielo azul… ¡por suerte tuve unos padres comprensibles!
¿Alguna superstición antes de lanzarte a por una gran línea?
Solía tener algún ritual, pero ahora tiendo a pasar de ellos. Sólo trato de vivir el momento, y la música me ayuda a estar centrada en mis objetivos.
¿Qué meterías en tu mochila si te fueses a una isla desierta?
Una navaja suiza, gafas de sol, tablas de surf ¡y chocolate!
¿Cuál ha sido tu mejor y tu peor experiencia esquiando?
No tengo una única mejor experiencia. Yo diría que cada día en la montaña con buenas condiciones de nieve y amigos es un día para ser recordado. Y la peor experiencia fue sin duda mi primera avalancha en marzo de 2015, donde viví por primera vez ese sentimiento de miedo y de impotencia.
¿La vida es un freeride?
Por supuesto. Si decides tomártelo con calma, puedes disfrutar de una vida tranquila. Pero si decides asumir riesgos y seguir tus sueños, ¡te aseguras diversión todos los días! Habrá riesgos y responsabilidades que afrontar, pero siempre valdrá la pena.
¿Algún objetivo o sueño por cumplir?
Sí, claro. Todavía tengo mucho que aprender. Me faltan tantos lugares que explorar con mi snowboard, tantas montañas me gustaría subir, y estoy siempre en busca de la línea perfecta…
¿Qué te gusta hacer cuando no esquías?
Me encanta el senderismo, en casa o en el extranjero, pero también viajar, aprender nuevos deportes, pasar tiempo con mis amigos y familia, cocinar...